Más de 200 personas con discapacidad intelectual elaboran los murales decorativos para las carnicerías y pescaderías de Mercadona, que se irán exponiendo en todos los supermercados durante este año. En la iniciativa colaboran once entidades con fines sociales y sin ánimo de lucro dedicadas a la integración socio-laboral de personas con discapacidad intelectual y a la enseñanza de los valores de la cultura del esfuerzo y del trabajo que les permiten superarse, aprender y prepararse.
La idea nace en el año 2010 cuando la Fundación Roig Alfonso de la Comunidad Valenciana elaboró un mural de cinco metros para decorar la pescadería de la calle Roger de Lauria en el Mercadona de Valencia. El mural tuvo tanto éxito que empezaron a encargar más diseños para las carnicerías de toda la cadena de supermercados de la geografía española.
Antonio Ballester, director técnico de la División de Pulidoras de Pamesa, explica que "estos encargos generan oportunidades de trabajo y formación a personas con discapacidad intelectual" y como consecuencia "han incrementado el número de pedidos a centros que habían reducido sus contrataciones como consecuencia de la crisis económica". José Cruz, usuario del Centro Especial de Empleo de la Fundación Síndrome de Down de Castellón declara que "es un orgullo. Queremos demostrar que somos capaces de hacerlo y el éxito depende de nosotros".
Método de trabajo
La directora del Centro Ocupacional Rafalafena de IVADIS, Mari Carmen Fernández, comenta "para nosotros fue una muy buena noticia que nos llamaran de Pamesa Cerámica para ofrecernos si queríamos acompañarles en el reto de este proyecto para los supermercados de Mercadona. Primero nos realizaron una entrevista y nos explicaron en qué consistía el trabajo, nos aportaron el material, nos formaron y aceptamos". La elaboración del mural consiste en la unión de las piezas clasificadas por colores. La dificultad reside en que cuando se encajan las piezas sobre la mesa ya no se puede ver el color porque es cerámica esmaltada a una cara.
Arantxa Roig, de la Fundación Roig Alfonso de la Comunidad Valenciana, asegura que "lo más gratificante es que nos demuestran que son capaces de realizar un trabajo bien hecho. Se esfuerzan día a día por aprender y mejorar, salvando las dificultades que se puedan encontrar por el camino. Están muy orgullosos de que su trabajo sea valorado, lo que les hace sentirse a la vez importantes y necesarios".
Por su parte el director de la Granja Hogar El Rinconet, Javier Guinot, relata que "lo que más ilusión les hace y su mayor recompensa es el reconocimiento que les dan amigos y familiares cuando observan y se fijan en los murales expuestos en las tiendas de Mercadona".
Carmen Martínez, monitora del taller de trecandís en el Centro Ocupacional de El Molí, añade que "es una satisfacción y un reconocimiento por todo el trabajo que realizan. Les gusta que se les valore y les encanta que en los murales se exponga el logotipo del centro, que es la firma de su trabajo en equipo".
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