
A rey muerto, rey puesto. Algo parecido deben pensar ahora en Deutsche Telekom tras el fracaso de la venta de T-Mobile USA a AT&T, acordada la pasada primavera por un importe de 39.000 millones de dólares (30.000 millones de euros).
Los problemas de Competencia pudieron más que el entusiasmo de las dos compañías. Ahora, una vez digerido el varapalo, la teleco alemana tiene la urgente necesidad de encontrar un nuevo comprador que le insufle el oxígeno financiero que necesita para reducir su asfixiante deuda de 42.700 millones de euros.
Si la compra del cuarto operador de EEUU (T-Mobile USA) por parte del segundo (AT&T) ha resultado imposible, la misma suerte correrá con el primero del ranking (Verizon), también con ganas de asaltar el liderazgo del sector en aquel país. Ante semejante panorama y mientras se encuentra nuevo pretendiente, Deutsche Telekom volverá a integrar las cuentas de su filial estadounidense en sus operaciones continuas, sin que variara la previsión de beneficios antes de intereses (EBITDA), cifrada en casi 19.100 millones de euros.
Final anunciado
La compra de T-Mobile USA por AT&T estaba llamada a convertirse en la mayor compraventa del sector de las telecomunicaciones de los últimos años, siempre muy lejos de los 129.000 millones de dólares que desembolsó el gigante MCI Worldcom por Sprint en octubre de 1999. Sin embargo, los planes se hicieron añicos ante el rechazo de los reguladores a la operación. Ya se veía venir ese desenlace desde el pasado agosto, cuando el departamento de Justicia de EEUU puso todo tipo de trabas a una fusión que "reduciría la competitividad en el sector y supondría un aumento de precios para los consumidores", según argumentó.
La administración Obama impidió el acuerdo, lo que exige la puesta en marcha de un plan B. Mientras eso ocurre, el grupo germano distribuyó ayer un comunicado conjunto en el que lamentaba que los reguladores no hayan tenido en cuenta "la mejora en la cobertura de las redes y la creación de empleo". El pacto inicial contemplaba que el grupo germano formara parte del consejo de AT&T y del accionariado, con el 8% de participación. De la misma forma, AT&T podría ampliar capital a cambio de recompensar a su socio con un 5% adicional.