ESTOCOLMO (Reuters) - La automovilística sueca Saab se quedó sin espacio para maniobrar el lunes, después de que el dueño holandés de la manufacturera pusiera fin a una batalla de nueve meses para encontrar un plan de rescate y solicitase la protección por quiebra.
El final del camino para Saab, que lleva más de sesenta años en la fabricación de vehículos, llegó el mismo fin de semana en el que General Motors volvió a vetar un plan que implicaría la participación del inversor chino Zhejiang Youngman Lotus Automobile.
GM, anterior dueño de Saab, sigue en posesión de tecnología clave para la automovilística sueca y tiene una pequeña participación.
Swedish Automobile, dueño de Saab, dijo que después que GM le informase a Youngman que no aprobaría el plan, la compañía china le dijo a Saab que "la financiación para continuar y completar la reorganización (...) no podría concluirse".
Las acciones de Swedish Automobile, que habían sido suspendidas, se hundieron cuando las operaciones se reanudaron el lunes.
"El consejo directivo de Saab Automobile decidió, en consecuencia, que la compañía, sin más financiación, será insolvente y que solicitar la protección por quiebra va en el mayor interés de sus acreedores", dijo la empresa.
Swedish Automobile dijo en el comunicado que espera que el tribunal apruebe la solicitud y que nombre síndicos pronto.
Saab presentó su primer prototipo en 1947 tras su llegada procedente de la ingeniería aeronáutica y llegó a tener unos pocos y fieles seguidores.
General Motors compró un 50 por ciento de la compañía en 1990 y adquirió el resto en 2000.
GM decidió vender la marca en 2009, tras la crisis financiera, y estuvo cerca de cerrarla antes de que Swedish Automobile, que funcionaba entonces con el nombre de Spyker Cars, adquiriese a Saab en enero de 2010.
Pero en marzo de este año Saab empezó a sufrir problemas de liquidez, después de que las ventas de 2010 no cumplieran con los objetivos y detuvo su producción.
La producción se reanudó brevemente en su planta en el oeste de Suecia, pero las enormes deudas con sus proveedores provocaron otra paralización en abril y desde entonces no se han fabricado más vehículos.
/Por Patrick Lannin y Veronica Ek/