MADRID (Reuters) - El próximo presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, hará un bosquejo de sus primeras reformas económicas y medidas de recorte del gasto en el inicio del debate de investidura el lunes, tras el cual asumirá el poder en un país golpeado por la austeridad, el paro y la sombra de la recesión.
Pero aunque la retórica será dura, no se esperan muchos detalles en su primer discurso de un mandato de cuatro años en el Congreso de los Diputados.
"El nuevo gobierno empieza en una situación muy crítica, y ese es el mensaje a los españoles, que esto requiere sangre, sudor y lagrimas, pero que no desesperemos", dijo Ángel Laborda, economista de la Fundación de Cajas de Ahorros Funcas.
"Creo que esa va a ser la línea maestra. Pero no creo que anuncien medidas concretas, porque no creo que las tengan".
Rajoy, que presume de ser predecible y es un moderado cauto, ha hecho pocas comparecencias públicas desde que el Partido Popular arrasó en las elecciones generales de noviembre, en las que se hundieron los socialistas. Y sus escasos discursos han estado plagados de advertencias sobre los tiempos duros que se avecinan.
El lunes intervendrá en un Congreso de los Diputados con mayoría absoluta del partido de centroderecha, la más amplia en 30 años. El miércoles asumirá oficialmente el cargo de presidente del Gobierno y por fin dará a conocer el nombre de sus ministros, uno de los secretos mejor guardados de la política y que según fuentes del PP sólo conoce él. El viernes, a dos días de la Navidad, tendrá lugar el primer Consejo de Ministros.
España, que tiene una economía el doble de grande que Grecia, Portugal e Irlanda juntas - los tres países rescatados por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea, ha estado bajo la presión de los mercados desde que comenzó la crisis de la deuda soberana.
La austeridad y las reformas aprobadas por el PSOE han conseguido de momento mantener fuera a los lobos, pero a pesar de ello, la prima que los inversores piden por tener bonos españoles en vez de los alemanes sigue cerca de los niveles máximos desde la creación del euro, y aunque la preocupación de los inversores se ha desviado parcialmente hacia Italia, el nuevo gobierno tendrá que trabajar duro para convencer a los mercados de que estará a la altura de lo que esperan.
Ya hay manifestaciones pacíficas frecuentes en todo el país contra las diversas medidas de recorte del gasto público, pero muchos españoles están resignados a más sacrificios y esperan años de penurias económicas.
El 49 por ciento de los españoles entiende que aún son necesarios más sacrificios para afrontar la crisis económica, según una encuesta publicada el domingo por el diario El País, mientras que el 94 por ciento ve lejos la ansiada recuperación.
MEDIDAS IMPOPULARES
Rajoy ya ha delineado las reformas básicas que cree necesarias: el mercado laboral, el sector financiero y las cuentas públicas. El jueves ya señaló que "algunas decisiones probablemente no sean gratas".
Su prioridad equilibrar el presupuesto y hacer el reglamento que desarrolle el límite al déficit público incluido en la Constitución en septiembre, y se espera que explique cómo podrá el Gobierno cumplir con el objetivo de déficit para 2012, que es del 4,4 por ciento del Producto Interior Bruto, al que se ha comprometido.
España ha conseguido de momento reducir el déficit del 11,2 por ciento del PIB en 2009 a alrededor del 6,5 por ciento este año, pero aún debe ahorrar casi 30.000 millones de euros el año que viene para cumplir el objetivo, una cifra que es el doble de la aplicada en 2011.
El partido conservador se ha mostrado radicalmente contrario a subir los impuestos ya que argumenta que ahogaría aún más un crecimiento ya mínimo, por lo que, al menos de momento, Rajoy se centrará en el recorte del gasto.
"En cuanto a la consolidación, la mayoría será por vía del gasto, y creo que veremos algunas medidas drásticas en cuanto a la Seguridad Social, los beneficios de desempleo, desde luego en educación y en sanidad en especial", dijo David Bach, analista político del instituto económico IE en Madrid.
La cifra exacta del déficit público no se conocerá hasta la primavera, por lo que Rajoy podría evitar anunciar dónde caerá el hacha hasta entonces, con lo que también tendría margen para las elecciones autonómicas de Andalucía, última autonomía bajo control socialista.
España tiene la tasa de desempleo más elevada de la UE, con un 21,5 por ciento. Tiene un sistema laboral con dos tipos de contrato que garantiza la seguridad laboral a los contratos permanentes, con uno de los costes por despido más elevados del mundo, mientras que los demás apenas tienen derechos. Alrededor de una cuarta parte de la economía depende de un sector de la construcción muy golpeado por la crisis, del turismo y de la agricultura, lo que supone millones de empleos de baja cualificación expuestos a mercados con mucha estacionalidad y empresarios necesitados de mucha flexibilidad.
Pero la reforma laboral esperará al menos hasta que patronal y sindicatos agoten el plazo que les dio Rajoy de después de Reyes - 6 de enero - para llegar a un acuerdo.
Los bancos también tendrán que completar la reestructuración, y el PP ha dicho que quiere que reflejen el verdadero valor de sus activos inmobiliarios en sus balances. Un alto cargo del partido dijo que en los primeros meses de 2012 se adoptará una decisión, y que una de las opciones es crear un "banco malo" que asuma todos los activos problemáticos de las entidades financieras.
El viernes, la agencia de calificación crediticia Fitch puso en observación a seis países de la eurozona, España entre ellos, por potenciales rebajas a corto plazo.
La alarma puede estar a punto de sonar para la eurozona, pero es poco probable que Rajoy se vea engatusado para aprobar aceleradamente las reformas antes de examinar los detalles. El descenso en los rendimientos pagados por los bonos españoles en una subasta esta semana sugieren que de momento podría tener margen de maniobra.
"Los mercados le han permitido que no haya hecho ningún anuncio claro por ahora, así que espero que su discurso trate de principios, reformas duras y este tipo de palabras de ánimo", afirmó Bach.
/Por Paul Day/
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