
Rodolphe de Leusse es desde 2009 el director general de Moët Hennessy. Afirma que el champán ya no es un producto exclusivo de Navidad y que la gente se va animando a tomarlo en otras épocas del año.
Después de cuatro años en Barcelona, su español, que habla con un marcado acento francés, es más que correcto. Rodolphe de Leusse es desde 2009 el director general de Moët Hennessy (marca que pone las iniciales MH al conglomerado LVMH) en España. Dentro del abanico de marcas que aglutina el grupo, De Leusse gestiona Moët & Chandon.
Sus espumosos entraron por primera vez en este país a mediados del siglo XVIII, cuando Jean-Rémy Moët vendió un lote de 120 botellas al Marqués de Sotomayor. Ha llovido mucho desde entonces: hoy, la compañía celebra su 250 aniversario en este mercado.
P ¿Qué parte de sus ventas se producen en Navidad?
R Este sector se caracteriza por una estacionalidad importante, y el final del año aglutina la mayor parte del consumo. Sin embargo, a lo largo de la última década la gente se ha ido animando a tomarlo en otras fechas, como San Valentín o el verano.
P Los españoles son dados a reunirse para celebrar las ocasiones señaladas. ¿Influye en las ventas el carácter de los consumidores?
R En los últimos 25 años, España ha experimentado un crecimiento increíble, lo que se ha notado en el consumo. En la última década, el mercado del champán se ha doblado en este país, debido a la afición de los españoles a las celebraciones. Ahora el país atraviesa momentos duros, pero este mercado es todavía la mitad que el italiano. Hay motivos para ser optimista. Por otro lado, España es uno de los países donde más se valora a Moët Chandon.
P Con los estragos de la crisis, ¿es competencia para ustedes en este mercado el cava catalán?
R El cava y el champán son como dos tintos, como un Rioja y un Burdeos; ambos son espumosos, pero no tienen nada que ver. No se elaboran con las mismas uvas, las reglas de crianza son distintas... Además, el consumidor de champán es bastante fiel. No competimos porque pertenecemos a dos mundos diferentes.
P ¿Hay sitio en este sector para los pequeños viticultores?
R Por supuesto, hay muchísimos pequeños productores en Francia; pero el tamaño de una casa como Moët Chandon le permite acceder a las mejores uvas. El sector está estructurado así, en maisons de champagne que llevan elaborándolo muchísimo tiempo.
P ¿Se puede innovar en un producto como el champán?
R Sí, en cosas tan sencillas como la forma de consumirlo: hay quien sólo lo toma en el postre, pero también puede utilizarse para hacer maridajes. Si hablamos de innovar en el propio producto, el rosé está cobrando mucho protagonismo. Otro ejemplo de innovación: en el verano de 2010 lanzamos Moet Ice Imperial, un champán que se sirve con hielo.
P ¿Con qué brindarán en su casa estas fiestas?
R Con un Moët Chandon Vintage 2002.