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PREGUNTAS & RESPUESTAS- El dilema del banco malo en España

MADRID (Reuters) - Ante la pesada digestión del ladrillo que está viviendo la banca española y la consiguiente parálisis del crédito, han aumentado las voces que apuntan a la necesidad de que el nuevo Gobierno español cree un 'banco malo' nacional en el que agrupar los activos tóxicos ligados al sector inmobiliario.

Los expertos consultados coinciden en que la limpieza de la banca mediante este método reactivaría la concesión de créditos al tejido empresarial y a los hogares y recuperaría la confianza de los mercados independientemente de la nomenclatura y formato que finalmente lleve el vehículo de activos dañados.

La alternativa del banco malo, no obstante, choca con un problema fundamental: dónde obtener la financiación, teniendo en cuenta la inapetencia de riesgo en el mercado y las mayores exigencias de capital a la banca, la imperiosa necesidad española de reducir el déficit y la insuficiencia de capital con que cuentan el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) (financiado por la banca) y el estatal Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

A continuación analizamos diferentes aspectos sobre la posibilidad de crear un banco malo.

¿CUÁL ES LA FINALIDAD DEL BANCO MALO?

La finalidad de la creación de un 'banco malo' es permitir que las entidades puedan liberar de sus balances una parte importante de los 176.000 millones de euros que tienen en activos problemáticos del sector inmobiliario (dudosos y adjudicados). Esta cifra supone un 52 por ciento de la exposición total a promoción inmobiliaria, según datos del Banco de España a junio de 2011.

De esta forma se establecería un cortafuegos que permita a bancos y cajas concentrarse en la concesión de créditos, un elemento clave para reavivar la economía. De dicha cantidad, los bancos ya han provisionado una media del 33 por ciento (58.000 millones).

Además de reabrir el grifo crediticio, el saneamiento persigue salvaguardar los ahorros de los depositantes y recuperar la confianza de los mercados en el sector, lo que facilitaría asimismo la financiación mayorista de las entidades.

¿QUÉ ACTIVOS COMPRARÍA?

Compraría préstamos problemáticos ligados al negocio inmobiliario y sobre todo suelo, el activo menos líquido y por ello más difícil de valorar.

En general se integrarían en el nuevo vehículo suelos adjudicados, créditos a promotores y constructores, así como los créditos morosos relacionados con el ladrillo que están en manos del sector financiero. Los bancos se adjudicaron este tipo de activos como dación en pago tras estallar la crisis y ahora tienen dificultades para venderlos sin anotarse cuantiosas pérdidas.

¿CÓMO SE VALORARÍAN LOS ACTIVOS QUE IRÍAN AL BANCO MALO?

Ante la práctica iliquidez de negocio inmobiliario, los expertos reconocen la dificultad para hacer una valoración a precios de mercado de los activos inmobiliarios. Sin embargo, los analistas consideran que es esencial hacer una auditoría exhaustiva y creíble de estos activos con la participación de consultoras o sociedades independientes e internacionales antes de poner en marcha cualquier tipo de vehículo especial.

En el mercado se manejan descuentos en torno al 50 por ciento ó 60 por ciento en relación con los 176.000 millones de euros considerados como activos problemáticos por el Banco de España. Teniendo en cuenta la provisión ya realizada (del 33 por ciento sobre los 176.000 millones), la pérdida adicional estimada en una hipotética auditoría rondaría, según analistas, el 20 ó 30 por ciento.

¿CUÁL SERÍA EL EFECTO SOBRE LOS BALANCES DE LOS BANCOS?

Partiendo de un escenario en el que el banco malo abarcase los 176.000 millones mencionados, los activos que irían al vehículo estructurado tendrían un valor de 88.000 millones con un 50 por ciento de descuento y de 70.400 millones con el 60 por ciento, en la hipótesis de que el vehículo absorbiese todos los activos problemáticos. Además, los bancos y las cajas deberían reconocer pérdidas netas por la diferencia entre el importe recibido a cambio de los activos y la valoración post-provisiones que tienen en sus balances.

Estas pérdidas -que las entidades tendrían que cubrir por sus propios medios o con inyecciones de dinero público- serían de 29.920 millones en el primer escenario y de 47.520 millones con el mayor descuento.

La dificultad estriba de nuevo en que si la valoración de los activos adicionales no se hace con un descuento lo suficientemente amplio, podría no resultar creíble mientras que si es demasiado elevada podría comprometer seriamente la viabilidad de algunas entidades y las cuentas públicas.

Una solución según algunos analistas sería un calendario prolongado para buscar este capital, aunque teniendo en cuenta los procesos de recapitalización ya realizados --por exigencias nacionales o europeas-- y las actuales condiciones de mercado, hay dudas sobre la capacidad de la banca para captar grandes cantidades de fondos.

Los analistas coinciden en la necesidad de que las entidades inviables sean adjudicadas a las fuertes, lo que encajaría con la idea del futuro Gobierno de continuar la concentración en el sector para contribuir a su saneamiento.

¿QUIÉN LO FINANCIARÍA?

En principio, los instrumentos de los que dispone España para sanear el sistema financiero son el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), un vehículo financiado por la banca que a principios de 2012 podría tener unos 3.000 millones, y los 3.300 millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada (FROB). Adicionalmente, es posible que se pueda apelar al recién creado Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).

Tanto el FGD como el FROB pueden aumentar su capacidad con endeudamiento, pero la aversión al riesgo en los mercados y el deterioro de la marca España complican mucho este recurso. En el caso del FGD, podrían solicitarse mayores aportaciones de la banca, pero esto opción supondría un contrasentido, ya que se estrangularía más a entidades a las que se pretende ayudar.

Los analistas destacan que el coste para el Estado español es asumible en el plano teórico: una inyección de 86.000 millones en el banco malo, por ejemplo, elevaría el ratio deuda/PIB en 10 puntos, al 77 por ciento, aún menor al 87 por ciento de Francia u 83 por ciento de Alemania, según destaca RBC Capital Markets.

No obstante, las altas necesidades de financiación del déficit público en unos mercados implacables con los países bajo sospecha de la eurozona y los compromisos de consolidación fiscal con los socios europeos hacen inviable la financiación mediante el ensanchamiento de la deuda.

De hecho, muchos analistas, e incluso la ministra de Economía en funciones, Elena Salgado, recuerdan que el motivo que empujó a Irlanda al rescate europeo fue precisamente el agujero creado por la creación del banco malo.

Ante este escenario, los expertos apuntan a una ayuda externa, ya sea por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o del Fondo Monetario Internacional (FMI) vía Banco Central Europeo (BCE). No obstante, un peligro de la apelación a organismos externos sería la posibilidad de que se vinculen las ayudas a duras condiciones para el Estado español.

Por otra parte, los expertos señalan que políticamente sería mucho más fácil para el nuevo Gobierno presentar a la opinión pública una solución que implique de algún modo a la banca y que impida lanzar el mensaje de que se está incentivando la toma de riesgos por la banca y la creación de una nueva burbuja.

En el caso de que la banca tenga que financiar parte del proceso, Santiago Carbó Valverde, catedrático de Economía de la Universidad de Granada, propone la posibilidad de buscar un acuerdo en Europa para que las entidades puedan hacer uso de parte de las nuevas reservas de capital máximo del 9 por ciento que van tener que acumular hasta junio de 2012 para destinarlas a realizar un mayor saneamiento del sector y luego volver al calendario de recapitalización de Basilea III.

¿CÓMO SERÍA EL PAGO A LOS BANCOS?

Algunos expertos señalan la necesidad de que el banco malo pague a los bancos por sus activos con efectivo o valores de deuda de la máxima liquidez. Otros apuntan a que se utilicen bonos emitidos por el banco malo para entregar a los bancos, que se irían amortizando en el tiempo (permitiendo que el Estado utilice para los pagos los ingresos por las ventas de activos), o, en función de la liquidez de los mismos, venderlos. Los analistas señalan que en este caso es fundamental saber si el Banco Central Europeo (BCE) aceptaría estos bonos como colateral para entregar liquidez a los bancos.

Carbó propone una fórmula sofisticada mediante la cual se emiten dos tipos de bonos: deuda senior para financiar los activos con mayor claridad de recuperación de valor y deuda junior que se irá amortizando parcialmente en un período prolongado para activos con menor visibilidad.

Paralelamente, una parte de estas deudas tanto senior como junior podrían ser transmisibles y venderse a través de un vehículo estructurado entre inversores interesados en comprar bonos con descuento.

El diferimiento de las pérdidas en el tiempo podría incluso abrir la puerta a que se recupere parte de su valor.

¿QUÉ ENTIDADES PARTICIPARÍAN?

El Gobierno tendrá ante sí una difícil papeleta, ya que las grandes entidades podrían no estar interesadas por la estigmatización que supondría el proceso, al declarar pérdidas mayores de las estimadas en sus provisiones. Sin embargo, muchos analistas señalan que de no extenderse la participación a todo el sistema podrían persistir dudas sobre la profundidad de la limpieza realizada.

En el caso del banco malo irlandés, el NAMA, fueron las que lo solicitaron o aquellas que se consideraban sistémicas.

¿HAY ALTERNATIVAS AL BANCO MALO?

Algunos analistas apuestan por un proceso de saneamiento, estimando las necesidades de capital y las soluciones para cada caso, de manera que las que no aguanten sean vendidas a otros grupos más fuertes. Este proceso, sin embargo, no sería sencillo, como se ha demostrado con el bajo interés despertado en la subasta de CAM, pese a las numerosas facilidades otorgadas al comprador. Además, el Banco de España ya tiene entre manos la ardua tarea de colocar entre inversores en el futuro y a ser posible sin coste público: Banco de Valencia, Unnim, CatalunyaCaixa y NoVaCaixaGalicia.

El consejero delegado de Sabadell indicó que una alternativa sería crear un mecanismo que proteja a las entidades que están más concentradas en el ladrillo.

¿SE REACTIVARÁ EL CRÉDITO?

Cualquier forma de ayuda a la banca tendría que ir de la mano, según los analistas, de alguna garantía de que la banca reactiva el crédito.

¿HABRÍA INTERESADOS EN COMPRAR ACTIVOS AL BANCO MALO?

Sociedades de capital riesgo, hedge funds y entidades financieras de otros países podrían estar interesadas en los activos que venda el banco malo si los descuentos aplicados resultan atractivos y creíbles. La perspectiva de un mercado en el que fluye el crédito --y por lo tanto con una eventual recuperación de la economía y el sector inmobiliario-- haría más apetecible el bocado para esas firmas.

Otra posibilidad sería dedicar los activos a facilitar un acceso barato de la población a la vivienda, no sólo mediante la venta sino también mediante alquileres, una alternativa esta última que al menos proporcionaría una rentabilidad al banco malo.

¿Y EL PP QUÉ OPINA DE TODO ESTO?

Fuentes del Partido Popular han indicado que están estudiando las diferentes alternativas para sanear el sistema bancario, incluida la creación de un banco malo.

El responsable económico de los populares, Cristóbal Montoro, ha señalado, sin más precisión, que se podrían aplicar fórmulas intermedias pero que "el Estado tiene que asumir responsabilidad a la hora de enfocar la salida de esos activos". En este sentido, señaló que el saneamiento de la banca podría utilizarse para facilitar el acceso a la vivienda a la población española y extranjera.

/Por Jesús Aguado y Tomás Cobos/

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