Empresas y finanzas

Acero eres y en cemento te convertirás

Irene Casado

Madrid, 10 feb (EFECOM).- A pesar de la ralentización del sector de la construcción, España sigue siendo el primer consumidor de cemento de la UE y el quinto del mundo, por detrás de China, India, EEUU y Japón con 1.278 kilos por habitante al año.

Sin embargo, cuando se habla de la sustitución de materias primas por residuos para la industria cementera, lo que en el sector se conoce como valorización de residuos, España no da la talla.

Por esta razón, OFICEMEN y UNESID, las patronales del cemento y del acero, quieren impulsar su reciente acuerdo para la utilización de las escorias de la industria siderúrgica en la fabricación del cemento.

Según el informe de la Fundación Laboral del Cemento y el Medioambiente (CEMA) sobre Valorización de recursos en la Industria Cementera en Europa (VRICE), España, vierte el 50 por ciento de sus residuos urbanos, un porcentaje muy alto comparado con Bélgica (4%), Alemania (19%), Suiza (0,4%), Holanda (4%) o Austria (20%).

Estos residuos se pueden utilizar en procesos de valorización energética, esto es, como alternativa a los combustibles fósiles en las industrias cementeras, pero en España representan solo el 5 por ciento del total del consumo térmico, muy alejado de la media europea, cercana al 17 por ciento, liderada por Holanda, con un 79 por ciento de sustitución de energía por combustibles alternativos.

Junto con la valorización energética, la valorización material, que consiste en la sustitución de las materias primas por residuos, es otra de las alternativas en las que se fija la industria del cemento para conseguir acercarse a las pautas medioambientales de la Unión Europea.

El sistema europeo de comercio de emisiones no convence al director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza, porque puede suponer "la pérdida de la industria europea del cemento", por eso pide a las administraciones y a la UE que "intenten que los sectores industriales sean lo más eficiente posibles" y se compromete a "hacer todos los esfuerzos tecnológicamente posibles".

Según explica el presidente de Unesid, Juan Ignacio Bartolomé, la industria siderúrgica española vierte cada año dos millones de toneladas de escorias provenientes de la producción de acero en horno eléctrico.

De ahí el acuerdo firmado el pasado mes de noviembre entre Unesid y Oficemen, por el que las dos patronales quieren estudiar cómo reutilizar esa enorme cantidad de residuos en la industria cementera siguiendo la estela de otros países en los que ya hay experiencia en la materia.

A las ventajas económicas y medioambientales del acuerdo se une que "el contenido en hierro de las escorias es muy bueno para la fabricación del hormigón", asegura Bartolomé.

El presidente de Unesid recalca que el beneficio básico es medioambiental, por eso quieren "apoyo institucional" para dar un impulso rápido al proyecto.

Además de las escorias de los altos hornos, las cenizas de combustión, las arenas de fundición y los residuos de demolición se reutilizan para la producción de cemento porque tienen una composición muy similar a las materias primas utilizadas normalmente.

Según datos de CEMA, en España ya valorizan, tanto material como energéticamente, catorce plantas cementeras de las 38 existentes.

Los tímidos comienzos de España en las técnicas de valorización de residuos arrojan datos positivos que de prosperar acuerdos como el de Oficemen y Unesid serían aún más contundentes.

Sólo en el año 2006, la industria del cemento de España utilizó 59 millones de toneladas de materias primas de las que 5,83 millones procedían de residuos o subproductos industriales, lo que, según datos de Oficemen, "evitó el vertido de residuos por un volumen equivalente a noventa estadios de fútbol".

Ese mismo año la industria española produjo 54 millones de toneladas de cemento, responsables de la emisión a la atmósfera de 27,3 millones de toneladas de gases de efecto invernadero y, según Oficemen, el reciclaje de materias primas evitó el uso de recursos naturales equivalente a más de cuatro años de explotación de una cantera y el consumo de 380.000 toneladas de petróleo ahorrándole a la atmósfera las emisiones de cuatro millones de toneladas de CO2. EFECOM

icm/mdo

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