Empresas y finanzas

Rebajas sobre rebajas

(Sustituye a la crónica transmitida con la misma guía con título "El BCE mantiene los tipos de interés...por ahora", destinada al servicio económico de Latinoamérica y transmitida por error a la línea de EFECOM)

Pedro Vega

Madrid, 9 Feb (EFECOM).-Las tensiones de la economía mundial y los efectos de la desaceleración económica sobre los mercados financieros y el consumo privado auguran un horizonte para 2008 cada vez más sombrío y con mayores incertidumbres.

En la reunión que han mantenido en Tokio, los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales del G-7 (los países más industrializados del mundo), han certificado que se desconoce aún el verdadero alcance de la crisis y han avanzado unas conclusiones nada tranquilizadoras.

El G-7, que agrupa a EEUU, Japón, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá e Italia, ha afirmado que la situación actual es "más incierta" que en el pasado octubre, cuando comenzaron a materializarse los efectos de las "subprime" sobre el sector financiero internacional.

Ralentización global, tensiones bursátiles, reducción del crecimiento, turbulencias en el sistema financiero, es el cuadro pesimista que han definido en Tokio los países más ricos que temen además una posible recesión en EEUU ante el mayor deterioro del sector de la vivienda en ese país, el mayor mercado de consumo del mundo.

Aunque no ha propuesto un paquete de medidas concretas, el G-7 ha pedido a los países productores de petróleo un aumento de la producción como medio de reactivación económica, y ha reafirmado su voluntad de actuar de manera coordinada para evitar turbulencias.

En la eurozona, las palabras del gobernador del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, el jueves, tras la decisión de mantener el precio del dinero en el 4 por ciento no fueron nada tranquilizadoras cuando señaló que "la incertidumbre sobre el crecimiento es inusualmente alta".

Los analistas interpretaron estas palabras como un guiño a los mercados, un soterrado anuncio de una próxima bajada de los tipos de interés como fórmula de reactivación, y un mayor peso del temor a una brusca desaceleración sobre los argumentos que primaban hasta ahora al control de la inflación.

El ministro de Economía, Pedro Solbes, tampoco es más optimista, y el pasado jueves admitía que se ha visto sorprendido por el alcance de la crisis inmobiliaria. "Nunca pensé en una evolución tan negativa", concluyó.

Y la crisis de la construcción e inmobiliaria sigue cobrándose nuevas víctimas. En España, el paro en enero arrojó el peor dato en casi 10 años, 132.378 nuevos desempleados y un registro aún más preocupante, el número de cotizantes a la seguridad social se redujo en 211.979 en un sólo mes debido en gran parte al cambio de ciclo en el "sector del ladrillo".

A la sangría del continuo cierre de oficinas inmobiliarias se ha sumado Tecnocasa que ha cerrado 387 oficinas, un tercio de las que tenía en España, al tiempo que ha recortado facturación y beneficios.

Para las bolsas, semana negra, con un descenso del Ibex del 4,1 por ciento, y una nueva sesión de pánico, el martes cuando se dejó el 5,2 por ciento de su valor.

El principal indicador bursátil se ha dejado un 14,8 por ciento, y con "valores estrella" que se han dejado casi o más de un 20 por ciento de su valor, entre ellos Banco Santander, BBVA, Bankinter, Sacyr, Acciona, Inditex, ACS, Critera, Gamesa y Telecinco.

El Santander, que ha perdido un 21,37 por ciento de su valor en lo que va de año, ha presentado, no obstante, unos brillantes resultados, con un beneficio de 9.060 millones de euros, un 19,3 por ciento superior al de 2006.

Además su presidente Emilio Botín, anunció que continuará su política de dividendos con un incremento anual del 25 por ciento, hasta 0,65 euros por acción.

Intentando explicar este desfase entre los beneficios (Santander es el quinto en el ranking mundial de banca) y la pérdida de valor de la acción, el Financial Times señalaba el jueves que podría enfrentarse a "tiempos difíciles" como consecuencia de efectos colaterales del final de la burbuja inmobiliaria y España.

También ocupó páginas de actualidad esta semana el interés de la eléctrica francesa EFD por Iberdrola y las reticencias del Gobierno y de sectores empresariales a que la empresa pública francesa (El Estado francés controla el 85 por ciento) entre en el capital de la eléctrica privada española.EFECOM

pvr/mdo

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