
La posible venta del aeropuerto de Ciudad Real se ha encontrado con un handicap inesperado: la fuga de talento en los puestos directivos pone en peligro la operación. Según explican fuentes conocedoras del proceso, desde el verano "ya hay tres directores que han abandonado el barco".
Además de la salida del director general, Escolástico González, que se produjo en junio, se suman en los últimos días la del director de Mantenimiento, José Antonio Ximeno, que ya ha fijado su marcha para el próximo 15 de diciembre, y la del director de Planificación y Medio Ambiente, David Pérez.
Este último ha sido clave en la puesta en marcha del aeropuerto, ya que dirigió de primera mano las negociaciones y los requisitos necesarios para que la infraestructura consiguiera la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Este requisito fue el motivo principal de que se retrasara el lanzamiento del aeropuerto.
Incertidumbre sobre el futuro
Las mismas fuentes aseguran que las razones de esta desbandada, que podría continuar en los próximos días en otros puestos clave, como el director del Aeropuerto, Juan León, y el director de Operaciones, Juan Antonio Burgos, se basan en la incertidumbre sobre el futuro del aeropuerto, la falta de información y, sobre todo, "la mala gestión -a su juicio- de los actuales administradores concursales".
En los tres casos de León, Burgos y Ximeno los directivos pertenecían a Aena y todos habían pedido excedencia, por lo que pueden regresar sin problemas al operador público de las infraestructuras aéreas. No son los primeros casos. En su día, ya se volvió Antonio Sabán, que era el Jefe de Seguridad del aeropuerto de Ciudad Real cuando se puso el proyecto en marcha, a la empresa presidida por Juan Ignacio Lema. También ocurre lo mismo con otros puestos menores.
Si a la incertidumbre y falta de información se une que existen problemas en el pago de nóminas para todos los trabajadores (en octubre sólo cobraron 500 euros y la de noviembre todavía no la han recibido), el ambiente entre los empleados del aeropuerto no es el ideal.
ERE temporal
No hay que olvidar que desde que se declaró el concurso de acreedores se dictó un ERE temporal por el que la mitad de la plantilla se va a casa durante medio año y la otra mitad trabaja en ese mismo periodo (esta última es la que no está recibiendo el sueldo).
Desde el pasado 29 de octubre, cuando el último vuelo con destino a Barcelona de Vueling despegó del Aeropuerto de Ciudad Real, la faraónica infraestructura en la que se han invertido más de 700 millones de euros sólo registra algunos vuelos privados de carácter cinegético. Se trata de pasajeros que van a cazar a las grandes áreas de caza que hay en la zona. Se calcula que al año se producen no más de 300 operaciones de estas características entre octubre y febrero, durante la temporada general de caza.
Con la fuga de talento y la desmoralización de la plantilla, la oferta de compra salvadora parece que no llega y la Administración Concursal no puede aguantar mucho tiempo en estas circunstancias. Si no cuaja ninguna de las propuestas económicas lo normal es que antes de fin de año la jueza acepte el cese de actividad solicitado.