
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha iniciado una guerra sin cuartel para tratar de frenar la burbuja termosolar y poder conseguir que se mantenga el desarrollo de las energías limpias sin un coste desmesurado para los consumidores.
Por ese motivo, la eléctrica ha lanzado varias propuestas al nuevo Gobierno para recortar los costes, entre las que destacan la petición de una reforma del mercado mayorista de la electricidad para que la generación con ciclos combinados y con hidraúlica puedan tener una retribución adecuadas y un recorte de distintas partidas en la tarifa eléctrica.
Según Iberdrola, con los costes tradicionales no hubieran sido necesarias subidas anuales del recibo de la luz superiores al 2 por ciento y responsabiliza al régimen especial del actual sobrecoste.
Por ese motivo, la compañía ha puesto el grito en el cielo ante los objetivos de energías verdes aprobados por el Gobierno socialista. Concretamente, el llegar al 20,8 por ciento previsto en el Plan de Energías Renovables supondrá cerca de 3.000 millones de euros de sobrecoste por lo que consideran que no tiene sentido un único marco de apoyo para todas las tecnologías, ya que debería adaptarse a las características de cada tecnología (madurez y viabilidad económica). En este sentido, la Asociación Empresarial Eólica ya ha pedido en varias ocasiones una normativa propia para su sector.
Iberdrola, según se recoge en un informe elaborado por el director de prospectiva regulatoria, Gonzalo Sáenz de Miera, al que ha tenido acceso elEconomista, cree que el consumidor eléctrico no debería asumir de forma casi exclusiva el coste de una política energética global. La compañía recupera la idea de la creación de un céntimo verde en los hidrocarburos que serviría para pagar las primas mediante un recargo en los precios. En estos momentos, el objetivo de renovables se fija sobre el consumo final de energía, del que cerca del 50 por ciento corresponde a productos petrolíferos. Con esta medida se aumentaría la aportación de las petroleras a la reducción de emisiones, pero este sector ya ha mostrado su rechazo asegurando que más de la mitad del precio del litro de carburante corresponde a impuestos.
Iberdrola asegura que se deberían identificar algunos costes de política energética para incluirlos en los Presupuestos Generales del Estado, como el coste del bono social o rebajar la Tarifa de Último Recurso hasta los 3 kilovatios. No obstante, esta medida forma parte de los recortes de gastos que se aprobaron las pasadas Navidades junto al hachazo a la fotovoltaica y la eólica y parece poco probable que el nuevo Gobierno dé marcha atras.
Iberdrola, Endesa y Gas Natural reclaman tambien la asignación de parte de los recursos obtenidos por las subastas de CO2 al pago de las energías verdes. Se estima que esta cantidad podría rondar los 1.500 millones para 2013.
Reforma del mercado
Además de estas medidas de recortes de gastos, Iberdrola asegura que la entrada de renovables de manera masiva ha originado un cambio en el mercado, al crear una mayor complejidad en la operación del sistema que a partir de ahora requerirá energía "firme y flexible". El llamado hueco térmico se reduce por la superación de las energías verdes, la desaceleración económica y el Real Decreto del Carbón. Por ese motivo, los ciclos combinados que estaban pensados para funcionar 5.000 horas en estos momento sólo están operando 2.000 horas. Las centrales de gas y la hidraúlica -la llamada generación flexible- están aportando un valor que no está siendo retribuido en estos momentos por lo que la compañía pide una revisión de los pagos por capacidad, que consideran claramente insuficientes.
Iberdrola divide el desarrollo de las renovables en España en dos fases, la primera la eólica en la que el desarrollo fue "eficiente y efectivo" y "se logró un liderazgo internacional en desarrollo industrial". Por contra, en la segunda fase -que abarcaría el periodo desde 2008 a 2010, se habría producido un "desarrollo solar descontrolado". La energía termosolar representa en estos momentos el 3 por ciento de la energía y representan el 15 por ciento del coste de producción. Mientras que la eólica supone el 15,9 por ciento del coste y el 15,6 por ciento de la energía.
En 2010 las primas a las renovables fueron de 2.652 millones para la solar fotovoltaica, de 185 millones para la termosolar, de 1.965 millones para la eólica y de 983 millones para el resto de tecnologías.
En 2013 se esperan que el 17,3 por ciento de la demanda se cubrirá con eólica, frente al 5,1 por ciento que representarían las solares mientras que las primas ascenderían en total a los 8.000 millones.
La Administración además es reacia a trasladar los costes a las tarifas entre los que se incluirían estas subvenciones a las renovables, además del pago de los déficits generados en años anteriores por la congelación del recibo o el coste de las extrapeninsulares. Las compañías tienen en estos momentos 10.116 millones de déficit tarifario en sus balances, que son costeados por las tres grandes eléctricas.
Redes inteligentes
Iberdrola y Gas Natural Fenosa han lanzado una iniciativa para llevar a cabo el primer despliegue de redes eléctricas inteligentes de la Comunidad de Madrid y Guadalajara, en concreto en el Corredor del Henares. Según informaron, el proyecto "Price" conllevará la instalación de unos 200.000 contadores inteligentes y la modificación de 1.600 centros de transformación para adaptarlos a este nuevo modelo de distribución.