Empresas y finanzas

Las cajas salen de viaje: Caja Duero desplaza 'sucursales móviles' a pequeñas localidades

Que el fenómeno de la despoblación lleva años azotando, entre otros territorios, a Castilla y León no es ningún secreto. Ha dibujado, por ejemplo, un panorama poblacional y sociológico muy determinado: los núcleos urbanos continúan absorbiendo habitantes y el ámbito rural sufre una sangría censal que le lleva a estar cada vez más atomizado.

Pero, más allá de esta realidad, ya de sobra conocida, la marcha de los pobladores sigue provocando novedosas consecuencias, sobre todo, a nivel adaptativo. Partiendo de este contexto, Caja Duero se encontró hace un par de años con que varias de las oficinas que mantenía en pequeñas localidades no se ajustaban a la demanda real de sus respectivos mercados. Se producía una notable irregularidad en la entrada de clientes a las sucursales y los problemas laborales se multiplicaban al estar, normalmente, gestionadas por una sola persona.

Como es lógico, si cualquiera de estos empleados tenía algún contratiempo o, simplemente, caía enfermo, la oficina en cuestión dejaba de ofrecer servicio. En algunos casos, la entidad financiera contaba con trabajadores de sustitución, pero en otros no, y al final era el usuario el que pagaba el pato y se quedaba sin servicio.

Viejos métodos de uso moderno

A partir de ahí, a Caja Duero se le abrían varias posibilidades para solucionar el entuerto: continuar con este ineficiente sistema, cerrar las sucursales -que, además, no resultaban rentables- o hallar una solución que no incluyera ninguna de las dos opciones anteriores. Y fue así cómo surgieron las oficinas ambulantes. Aunque la caja castellano leonesa no es la única que sostiene un servicio de estas características -Caixa Galicia, por ejemplo, también lo hace-, sí es una de las pocas que ha apostado claramente por esta alternativa.

Al modo de los antiguos feriantes, los dispositivos móviles de la entidad financiera -que son furgonetas con varios añadidos tecnológicos y funcionales- llegan a la plaza del pueblo. Una vez allí, despliegan una rampa de acceso para los clientes y comienzan a funcionar con toda normalidad, como si fuera una oficina bancaria al uso.

La clave de estas unidades móviles es su conexión al ordenador central de la caja vía satélite y, de ahí, que permitan efectuar todo tipo de transacciones en tiempo real. Asimismo, poseen las funcionalidades que cualquier otra oficina tradicional suele aportar: desde mostradores para atención al cliente, dispensadores de efectivo, caja fuerte, guardia de seguridad y hasta sistema de acceso para personas con discapacidad.

Llega a varios miles de personas

La periodicidad de las visitas oscila entre uno y dos días por semana, dependiendo de la demanda existente por parte de los clientes de Caja Duero. "Las unidades móviles cubren el objetivo de atender a los clientes con una temporalidad más adecuada a la verdadera demanda existente, pero con todos los recursos posibles para que el servicio sea igual que el que se presta desde una oficina tradicional. Con esta iniciativa, la caja sigue mostrando su compromiso de presencia en zonas del ámbito rural, llevando su servicio financiero a zonas que no están atendidas por ningún otro banco o caja", destacan desde la propia Caja Duero.

Hasta el momento, Caja Duero ya ha visitado cerca de cien localidades con los cuatro vehículos que tiene en activo, dando servicio a varios miles de clientes. Entres las anteriores se encuentran, por ejemplo, Villar de Ciervo y Gallegos de Argañán en la comarca de Ciudad Rodrigo; La Fregeneda y Bañobarez en las inmediaciones de Lumbrales; Serradilla del Arroyo, Sequeros y Vecinos, en las proximidades de la Sierra de Francia (todas ellas pertenecientes a la provincia de Salamanca); y Papatrigo en Ávila. También, en Palencia, en Castrillo de Don Juan y Antigüedad, y en Cáceres en varios municipios.

El servicio se extenderá

La caja tiene claro que va a ampliar las rutas, puesto que existe demanda para este sistema incluso desde pueblos que antes ni siquiera tenían oficina fija de Caja Duero, que por por boca de sus alcaldes así se lo han hecho saber a la entidad. Se trata, en definitiva, de aportar o sustituir un servicio que mantenga comunicada y bancarizada a determinadas zonas que, de otra manera, resultaría complicado y también costoso.

Además, a cualquiera le agrada que le lleven aquello que necesita a la puerta de su casa. O, al menos, a la plaza del pueblo, que suele estar sólo a dos pasos

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