
En el mercado no paran de surgir rumores sobre nuevos pretendientes que quieren comprar Colonial. El motivo de esta sobreinformación puede ser la situación desesperada en la que se encuentran algunos accionistas de la compañía o los bancos acreedores, según comentaron a elEconomista fuentes del sector. ¿La intención? Crear expectativas sobre la venta de Colonial.
El problema es que ha llegado un momento en el que los rumores que circulan han perdido credibilidad hasta tal punto que la cotización ni se inmuta porque el mercado no se cree nada. De hecho, parece que los inversores se han cruzado de brazos a la espera de que se haga una oferta en firme por la compañía. Lo único que hay sobre la mesa son dos buenas intenciones una dirigida por Joaquín Rivero, presidente de Gecina y otra por General Electric(GE.NY).
La primera idea que entró en escena fue la del empresario jerezano. Los bancos acreedores propusieron a Rivero que salvara la compañía con una fusión entre Gecina y Colonial<:CAR.MC:> con intercambio de acciones. Según fuentes financieras, los primeros esbozos del dibujo apuntaban a un plan donde la deuda se aplazaba durante un periodo de tiempo el cual se destinaría a la venta de activos para poner en marcha toda la maquinaria.
Rumores
Lo único que confirmó Gecina a la CNMV era que estaba en negociaciones preliminares con accionistas de Colonial. Al día siguiente la acción registró una de sus mayores subidas con un 13 por ciento. A partir de ese momento empezó la maquinaria de rumores. Por un lado, se comentaba que el plan de Rivero estaba casi cerrado. El único inconveniente lo ponía un banco acreedor que al final cedía. Por otro lado, se comentaba que el empresario sólo había escuchado el sentir de los bancos. Mientras tanto, si uno pregunta al entorno de Gecina sobre este su asunto, lo único que contestan es: "Ni blanco ni negro, sino todo lo contrario". Toda una declaración de intenciones.
El otro pretendiente es General Electric. La división inmobiliaria de la filial española de este grupo confirmó al regulador de mercados a principios de esta semana que estaba interesada en estudiar una posible operación con Colonial. Un reconocimiento que permitió a la cotización desmarcarse del lunes negro que vivieron todas las bolsas del mundo. A diferencia del primer pretendiente, el coqueteo de General Electric ha ido a más. El grupo solicitó a la inmobiliaria que abra sus libros para valorar con todos los datos si se lanza a comprarla. Ante esta petición, Colonial no puso condiciones y accedió a abrir su hogar a GE Real Estate Iberia.
A la espera de una oferta firme, ya se están hablando de planes futuros. Se rumorea que General Electric, cuando tome el control de Colonial, la va a despiezar, es decir, se quedará con la cartera de oficinas y venderá el 15% de FCC y Riofisa. Esta última operación no pilla de sorpresa. Y es que en septiembre los accionistas de la inmobiliaria ya tenían una lista de interesados por Riofisa. El inconveniente era que el precio no era un plato de buen gusto para el presidente de ese momento, Luis Portillo.
Esa historia ya es agua pasada y lo que le interesa ahora a Portillo y a sus socios (tampoco hay que olvidar a los bancos acreedores) es que más pretendientes llamen a la puerta de Colonial y ofrezcan un jugoso precio. Dicen que con 2,50 euros es suficiente para seducir al principal accionista. Está claro que en este juego de la ruleta de la fortuna están mirando muchos espectadores, entre ellos fondos de inversión de todas las nacionalidades. Así que señores y señoras tomen una decisión y hagan apuestas para ver quién realmente será el nuevo propietario.