Empresas y finanzas

El acuerdo de la UE, un lento avance para el euro y una mala solución para España

Las decisiones de la madrugada del jueves en Bruselas han tenido una influencia balsámica en los mercados financieros de incierto recorrido. A medida que se reflexiona sobre las decisiones concluyentes y las que todavía apenas han quedado diseñadas, las opiniones se van atemperando y dando lugar a un sabor agridulce.

La mayoría de los expertos económicos, los empresarios y los sindicatos han dado una respuesta tibia a lo que, como resumen podría expresarse como un cierto avance para el euro, pero unas soluciones poco favorables a España.

Entre los expertos, Juan Velarde, catedrático de Economía, afirma que "si bien para el euro el acuerdo supone una mayor tranquilida, aunque no definitiva, para españa, por el contrario, es una varapalo de efectos severos sobre la economía. Se contraerá el crédito y la aplicación a la deuda del valor de mercado supondrá una devaluación de la misma de facto lo que representa una subida del tipo de interés. Ambos efectos, en definitiva, son un freno para el crecimiento".

También lo considera un avance al limitar la incertidumbre sobre el euro el director de Economía del Círculo de Empresarios, Gregorio Izquierdo. Sin embargo, subraya que "respecto al Fondo de Estabilidad, quedan bastantes cosas por definir y yo creo que hay que dotarlo de algún tipo de mecanismo de condicionalidad, como, por ejemplo, tiene el FMI. El cierto alivio que se ha producido con el cortafuegos a la crisis griega no es suficiente. Los problemas son mayores".

También considera Gregorio Izquierdo que "en el caso de España, es complicado que este avance sea beneficioso porque la banca española ha salido injustamente perjudicada. Tampoco creo que la deuda española merezca el trato que se le ha dado. Respecto al sistema financiero español, creo que será capaz de afrontar el reto que se le plantea, pero con un coste sobre el crédito y a la larga sobre el crecimiento".

La misma sombra de pesimismo alienta las opiniones del catedrático de Economía Aplicada del CEU Rafael Pampillón, para quien "los acuerdos dan oxígeno al euro en la medida que perfilan un fondo de estabilidad cuantioso, pero no afrontan problemas en profundidad en torno a la moneda única y su funcionamiento. A Francia y a Alemania les favorecen, pero a España, los acuerdos calman, pero no curan, porque no resuelven ni ayudan a resolver las reformas que se necesitan. Y en lo referente al sistema financiero, pedir aumentos de capital cuando lo que tienen que afrontar los bancos es la realización de los activos dañados, especialmente los inmobiliarios, es una contradicción".

"Y si no se limpia el balance, ¿quién va a invertir en los bancos para reforzar su capital?", se pregunta el profesor Pampillón.

El vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, no se despega de la corriente de opinión dominante.

"En términos generales", afirma, "los acuerdos han introducido unas ciertas dosis de confianza que son muy bien venidas en la situación actual de los mercados. Sin embargo hay que señalar que para España suponen una "sobrerreacción", porque aplicar a la deuda el precio de mercado de un día determinado devalúa los activos y lastra a la banca española".

"Para el sistema financiero, concluye el profesor Iranzo, me parece una barbaridad elevar a una cifra arbitraria el core capital, ya que, en primer lugar, no hay capital que aguante un fallido de grandes proporciones y, por otro lado, inmoviliza los recursos que son necesarios para dinamizar la economía".

El profesor Javier Díaz-Giménez, del IESE, cree que las decisiones de Bruselas son un parche más, un parche muy grande, pero todavía no hay soluciones. "Aquí", afirma, "da la impresión de que hay un juego norte-sur que se va desvelando cada día y ni quiera sabemos si existe un plan B, por si falla este modelo".

Pero el profesor Díaz-Giménez insiste en que hay que avanzar en unificar los fondos de garantía de depósitos y someter al sistema financiero a un supervisor único. "Lo que tenemos delante no es un problema de deuda, es un problema de activos tóxicos".

El director del Servicio de estudios de las Cámaras de Comercio, Juan de Lucio, asegura que el acuerdo "era necesario, condicionante, pero no suficiente. Tenía que producirse para que dé lugar a una recuperación". Para De Lucio, la recapitalización es más bien un problema europeo que español.

Sin embargo, el directivo de las Cámaras apunta que lo negativo es que se desconoce la letra pequeña, la aplicabilidad del acuerdo. "Y, subraya, desconocemos cómo obtener un billón de euros.

Desde el ámbito empresarial opina el presidente de Cepyme, Jesús Terciado. "Es importante que se haya alcanzado un acuerdo para disipar todas las dudas de una acción de política y económica coordinada, señala el presidente de la patronal de pequeñas y medianas empresas, aunque faltan por concretar los detalles que marcarán la eficacia de este acuerdo. Son tan importantes estos detalles, que hacen referencia a los instrumentos financieros que se van a facilitar para poder ampliar el Fondo de Estabilidad o para recapitalizar a la banca, que hasta que no se conozcan en profundidad no podemos comprender el alcance de este acuerdo".

Según Terciado, "lo más positivo es que se ha trazado un escenario de salida a la crisis de deuda soberana y de restricción de acceso a la financiación interbancaria y lo más negativo es que España en comparación con sus socios comunitarios queda en peor posición".

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky