El control al que está siendo sometida la entidad desde su rescate ha permitido que salgan a la luz las pintorescas técnicas de financiación que empleó hace unos años. A grandes rasgos, se prestó dinero a sí misma concediendo créditos por 1.500 millones de euros a dos accionistas que lo destinaron a comprar acciones de Dexia.
Según recoge hoy el diario británico Financial Times citando a una fuente cercana, la filial belga del banco concedió créditos por 1.500 millones de euros a su dos principales accionistas institucionales, que emplearon el dinero para adquirir títulos de la matriz. Gracias al préstamo, Dexia pudo elevar artificialmente sus niveles de capital.
Este tipo de operaciones están prohibidas por la Unión Europea en la actualidad, pero no quebrantaron las leyes belga cuando fue llevada a cabo. En su momento sí despertó las sospechas de los reguladores del país, aunque no ha sido hasta este mes cuando se han conocido los detalles, después de que Dexia haya sido intervenida por los gobiernos de Francia, Bélgica y Luxemburgo.
1.500 millones
Así, el rotativo explica que Dexia Bank Belgium prestó 1.200 millones de euros a Holding Communal, vehículo de inversión de los gobiernos municipales y regionales belgas. Estos fondos fueron empleados casi en su totalidad para acudir a las ampliaciones de capital en 2006 y 2008. También extendió un crédito de 275 millones de euros a Arco, que invierte en nombre de uno de los sindicatos belgas, que también participó en las ampliaciones.
El consejero delegado de Holding Communal, Carlos Bourgeois, ha reconocido que conocía que se había destinado parte del dinero recibido de Dexia Bank Belgium para comprar acciones de Dexia, aunque aseguró que el importe rondaba el 60% de los 1.200 millones de euros.
Desde Arco también confirmaron al FT que los 275 millones de euros se habían utilizado para financiar su participación en el banco, pero destacaron que llevaron a cabo la operación tras asesorarse legalmente. Entre las dos controlaban un 35% del banco y tanto Holding Communal como Arco están todavía presentes en su consejo.
Más adelante, Dexia aceptó sus propias acciones como colaterales de los créditos que había concedido a sus socios, lo que les exponía a registrar importantes pérdidas en el caso de que los títulos cayesen en bolsa. Desde 2006, la capitalización bursátil de la entidad ha pasado de 21.000 millones de euros hasta los 1.000 millones de euros actuales.
Rescatada por segunda vez
A principios de este mes, Francia, Luxemburgo y Bélgica decidieron acudir al rescate del banco, al borde del colapso por su elevada exposición a la deuda griega tres años después de escapar de la bancarrota también gracias a la ayuda pública.
La solución, que fue aceptada por Dexia, supuso la partición en tres de la entidad franco belga, incluyendo la nacionalización por parte de Bélgica de su filial en el país a cambio de 4.000 millones de euros, así como la aceptación de garantías de crédito por importe de hasta 90.000 millones en diez años.