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Hollande y Aubry, van a la segunda vuelta en las primarias

PARÍS (Reuters) - El buen resultado del izquierdista de radical Arnaud Montebourg en las primarias socialistas de Francia puso en duda la elección de un candidato moderado y podría inclinar hacia la izquierda la segunda vuelta de la votación para elegir al candidato presidencial del 2012.

François Hollande, quien desea controlar el déficit público y alentar la integración europea, obtuvo el domingo un 39 por ciento de los votos, por delante de su rival Martine Aubry, una izquierdista de la vieja escuela que consiguió un 31 por ciento, de acuerdo a los resultados preliminares.

Hollande es el favorito para desafiar al presidente Nicolas Sarkozy en abril próximo. Pero el inesperado 17 por ciento obtenido por Montebourg, que desea revertir la globalización y que el Estado tenga un control parcial de los bancos, aumenta la probabilidad de que Aubry gane la segunda ronda del 16 de octubre.

También sugiere que Hollande podría tener que inclinarse algo más a la izquierda si desea garantizar la candidatura y, si logra eso, reunir una masa crítica de votantes para 2012.

Los analistas dicen que la segunda ronda de las primarias es ahora mucho más difícil de predecir y que los dos candidatos con más votos deberán acercarse a Montebourg en los días que quedan hasta la nueva elección.

"Las cosas básicamente están más abiertas. Es más complicado que antes", dijo François Miquet-Marty, de la encuestadora Viavoice.

"Montebourg está ideológicamente más cerca de Aubry, pero las personalidades también importan. Este período entre las dos rondas es crucial. Todo se basa en el equilibrio entre la credibilidad y una identidad de izquierda. Hollande va a tener que demostrar que pertenece a la izquierda", agregó.

Los sondeos de opinión indican que tanto Hollande como Aubry, ex líderes del partido enfrentados entre sí, podrían derrotar fácilmente al conservador Sarkozy si las elecciones previstas para abril se realizaran hoy.

Los inversores casi no se han inmutado por la ventaja de la izquierda en los sondeos.

Pero la posibilidad de que Aubry sea la candidata o de que Hollande se incline hacia la izquierda podría alterar a algunos analistas políticos, en medio del nerviosismo ante las frágiles finanzas públicas francesas y su rescate, junto a Bélgica, del banco Dexia.

La votación en las primarias socialistas está abierta a todas las personas que profesen opiniones de izquierda y no está restringida a los miembros del partido, lo que indica que los franceses podrían votar en lugar de comprometerse directamente con los socialistas.

Hollande admitió el lunes que podría tener que considerar las ideas de Montebourg y declaró a la radio RTL: "Se expresó un mensaje (...) a través de Arnaud Montebourg, un petición para protegerse de la globalización y para una mayor moral en la vida política. Lo escucho".

Los resultados finales de la votación primaria del domingo, en las que unas 2,5 millones de personas participaron, deberían ser dados a conocer más tarde el lunes.

Incluso si Montebourg no llama explícitamente a los votantes a apoyar a Aubry - la hija del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors y conocida por su rol en la introducción de la semana laboral de 35 horas - se espera que muchos se inclinen por ella o por Hollande el 16 de octubre.

Los partidarios de Ségolène Royal, quien apenas obtuvo el 7 por ciento de los votos del domingo cuatro años después de perder las presidenciales ante Sarkozy en 2007, también podrían inclinarse por Hollande o Aubry.

Royal es la ex esposa de Hollande y madre de sus hijos.

Montebourg se reunió con Royal el lunes, pero su portavoz afirmó que eso no significa que ambos se unirán para apoyar a uno u otro de los candidatos, que se enfrentarán en un debate televisivo el miércoles.

"Dado su alto porcentaje de hoy (Montebourg), es posible que sea el centro de mucha atención", afirmó a un canal francés el político socialista Bruno Juillard, partidario de Aubry y ex jefe del sindicato estudiantil UNEF, pronosticando que su favorita sería un imán para los leales a Montebourg.

La izquierda está resuelta a sacar a los conservadores de la presidencia tras pasar tres periodos en la oposición y los sondeos sugieren que una mayoría de franceses quieren un cambio de Gobierno, debido en gran parte a la frustración por la crisis económica mundial.

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