
"Se producirá un ajuste en el mercado inmobiliario español, pero no una crisis". "Desaparecerán las pequeñas y medianas inmobiliarias en este proceso de reestructuración". Estas son las dos ideas que más repetían los expertos y los protagonistas del sector del ladrillo en España a principios de 2007.
Lo que ocurre es que estas previsiones se quedaron cortas porque no se contaba con una crisis de liquidez tan profunda y que ha agravado la desaceleración del mercado inmobiliario español. La combinación de ambos factores ha golpeado a imperios inmobiliarios, que en plena euforia del ladrillo solicitaron a los bancos préstamos astronómicos sin pensar que ese panorama se iba a tornar negro.
Astroc y Llanera: las primeras víctimas
A mediados de abril apareció la primera víctima de esta crisis: Astroc <:AST.MC:>. La inmobiliaria valenciana registró uno de los mayores derrumbes de la historia de la bolsa española quedándose casi en coma. En ese momento, muchos empresarios del sector quisieron transmitir un mensaje de confianza calificando el caso de Astroc de excepcional. Así atribuyeron la caída de la inmobiliaria a la especulación de la acción orquestada por su presidente Enrique Bañuelos.
Cuando la crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos estalló, las entidades financieras empezaron a mirar con lupa las operaciones a financiar. Pero en el caso del mercado inmobiliario, las entidades empezaron a apretar las tuercas. Así llegó la segunda víctima: Llanera. La compañía valenciana suspendía pagos porque no tenía liquidez.
En ese momento, grandes inmobiliarias empezaron a ponerse nerviosas. Por un lado, las condiciones financieras para renegociar créditos eran cada vez peores, por lo que había que pagar más intereses . Por otro lado, el valor de sus activos en el mercado iba menguando. Como consecuencia, el ratio de endeudamiento (deuda sobre valor de activos) iba creciendo. A este panorama, había que añadir otros ingredientes. Por ejemplo, el mercado castigaba a las acciones de las inmobiliarias, por lo que los instrumentos financieros de accionistas empezaron a saltar por los aires. Por otra parte, muchos inversores paralizaron la compra de propiedades. Unas operaciones que darían oxígeno a algunas inmobiliarias para pagar sus deudas.
Colonial y Renta Corporación se tambalean
Bajo algunos de estos efectos, Colonial <:CAR.MC:> protagonizó la última semana de 2007 una crisis bursátil y accionarial de la que no ha levantado el vuelo. Renta Corporación (REN.MC) también fue protagonista de un pequeño resbalón al reconocer que no podía cumplir su plan estratégico por algunos ingredientes anteriormente mencionados. No sólo las pequeñas y medianas inmobiliarias se tambalean, las grandes también.
Si miramos al horizonte, el panorama pinta bastante negro, pues se esperan nuevos episodios de crisis inmobiliarias. ¿El motivo? Según expertos del sector, los bancos seguirán con el grifo cerrado durante el primer semestre de este año y continuarán apretando el cinturón a aquellas inmobiliarias que no puedan hacer frente a sus deudas. En este caso, Habitat tiene hasta final de este mes para renegociar su deuda, si no quiere verse implicada en un proceso concursal. Otras verán como su endeudamiento será mayor cuando el valor de sus activos vaya cayendo ante la crisis del sector. Hay muchos nombres en el candelero pero hasta que no se presenten las cuentas de 2007 no se confirmarán. Lo que está claro es que Astroc y Colonial son sólo la punta del iceberg.