El secretario general del G-14, Pedro Pérez, considera que la economía española se "habría ahorrado buena parte de la reestructuración del sector financiero si se hubiera dado al negocio inmobiliario todo el apoyo que venía demandando desde el principio".
En su opinión, "desde el principio de la crisis se demonizó al sector en vez de ayudarlo a amortiguar la caída" y, en consecuencia, "nos hemos gastado mucho más para conseguir mucho menos", añadió.
Para el lobby de las inmobiliarias, sigue existiendo demanda de vivienda pero no se traduce en compras por la actual incertidumbre económica y la falta de financiación, por lo que este año cerrará 2011 en un mínimo histórico de ventas, en unas 150.000 unidades.
"No hay precedentes en otras recesiones anteriores de cifras similares en el sector inmobiliario, que va camino de perder este año otros 250.000 puestos de trabajo", aseguró Pérez.
Negras perspectivas
Además, de cara al futuro, el grupo de las mayores inmobiliarias considera que "tampoco se detectan elementos que permitan augurar un cambio de tendencia en el medio plazo". Ante esta coyuntura y las próximas elecciones, el G-14 ha solicitado a las distintas formaciones políticas "que vuelvan la mirada hacia un sector" y analicen las soluciones que se le ha dado en otros países.
El grupo recuerda que la caída en las ventas se suma a la registrada en la construcción de nuevos pisos, en el empleo y en el volumen de crédito al sector. "Todo ello constituye un cuadro muy lúgubre", apuntó su secretario general.
Según el G-14, la rebaja del IVA hasta el 4% para la compra de vivienda nueva anunciada el pasado mes de agosto por el Gobierno apenas contribuirá a "suavizar" las caídas, pero no será suficiente para estabilizar las cifras de ventas en niveles similares a los dos anteriores ejercicios, cuando se vendieron entre 220.000 y 240.000 casas.