
La institución ha apretado aún más las tuercas a las entidades de crédito. Según pudo saber elEconomista, el organismo supervisor celebró hasta bien entrada la segunda quincena de diciembre una nueva ronda de contactos con los bancos y las cajas de ahorros para recomendarles un aumento de las provisiones ante las posibles consecuencias de la crisis subprime y del aterrizaje inmobiliario.
En esta ronda, la tercera que el instituto emisor ha realizado de forma generalizada tras el estallido del crash de las hipotecas subprime en Estados Unidos, el ente que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha estado más receloso con los grupos medianos y con aquellos que están más expuestos al ladrillo.
Desaceleración en el sector
La preocupación del Banco de España se debe, principalmente, a la situación de incertidumbre que viven las inmobiliarias, que podrían incrementar los créditos fallidos por la desaceleración en la venta de viviendas.
Los contactos se han desarrollado en los días en los que el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) reclamó a los suyos un incremento de esta partida, y días antes de que las compañías presenten los balances anuales de 2007.
La primera entidad en rendir cuentas con los accionistas ha sido, como de costumbre, Banesto, que publicó sus resultados en la jornada del viernes.
La importancia de las fechas es clave, porque el Banco de España quiere que las nuevas dotaciones se reflejen en los balances del ejercicio pasado.
Impacto en los beneficos
Estas dotaciones se cargarían a la hucha de las provisiones genéricas. Los cambios introducidos por las nuevas normas de contabilidad internacional modificaron el funcionamiento. Su entrada en vigor separó en dos las provisiones. Por un lado, las específicas, que se utilizan una vez detectado el riesgo. Y por otro, las genéricas, que tienen por objeto prevenir los diferentes imprevistos y que se calculan en función del volumen de actividad de cada entidad.
Los expertos coinciden en señalar que el incremento en las dotaciones de las provisiones genéricas tendrá un impacto en los beneficios, aunque en términos generales será reducido. Pese a todo, el conjunto del sistema financiero conseguirá unas ganancias históricas. Está previsto que sólo los bancos habrán ganado en torno a 30.000 millones de euros el año pasado.
En los últimos años, la hucha del sistema financiero español ha ido incrementándose paulatinamente. Según los datos publicados recientemente por la patronal AEB, el conjunto de la banca disponía de unas provisiones de 19.267 millones a cierre del mes de octubre. El importe de las cajas, según las cifras que maneja la CECA, ascendía en septiembre a 11.068 millones de euros. La suma cifras supone un "colchón" para eventuales contratiempos, que podría ser insuficiente.