El Santander, BBVA y el Sabadell analizan en profundidad las cuentas de la caja alicantina para decidir si lanzan ofertas por ella.
A la espera de que se desvele quién se lleva el gato al agua en la puja por tomar el control de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), los administradores designados por el Banco de España han decidido crear un equipo especial compuesto por un centenar de empleados cuya labor principal será la del recobro de deudas.
Según aseguran fuentes conocedoras de la situación, la prioridad de los gestores es limpiar un balance que cuenta con unos activos inmobiliarios tóxicos de unos 20.000 millones de euros. Este equipo se ocuparía, principalmente, de recobrar todas aquellas deudas en la zona del Levante -donde tienen el mayor volumen- y, especialmente, fuera de esa zona cuya tarea consideran más complicada por los menores vínculos con esas áreas.
De hecho, han extendido esa filosofía a toda la red de sucursales de la entidad a la que los nuevos gestores les habrían trasladado como prioridades del recobro, el freno a la huida de depósitos y la captación de nuevos recursos.
Ésta es una de las cuestiones que más preocupa en la entidad. Según aseguran las mismas fuentes consultadas por este periódico, sólo en la semana y media después al anuncio de la intervención por parte del Banco de España -el pasado 22 de julio- los clientes retiraron cerca de 800 millones de euros.
La puja se acota
Mientras tanto, el Banco Sabadell se mete en la terna final de candidatos para presentar ofertas por la CAM. La entidad que preside Josep Oliu, junto con el Santander y BBVA, ha sido una de las elegidas por el Banco de España para formar parte de la lista corta de candidatos para tomar el control de la malograda entidad alicantina, aunque según las fuentes consultadas por este periódico otras entidades como Ibercaja o Barclays mantendrían su interés en entrar en la caja en determinadas condiciones.