Empresas y finanzas

El nuevo aeropuerto de Lisboa se ubicará en la margen sur del Tajo

Lisboa, 10 ene (EFECOM).- El nuevo gran aeropuerto internacional de Lisboa se ubicará en el área del campo de tiro de Alcochete, en la margen sur del Tajo, a unos 20 kilómetros de la capital portuguesa, anunció hoy el primer ministro luso, el socialista José Sócrates.

Aclaró que la decisión fue tomada en base a un estudio encargado al Laboratorio Nacional de Ingeniería Civil (LNEC) que señala que la localización en Alcochete, frente a la de Ota inicialmente apuntada -margen norte del Tajo-, es más adecuada desde el punto de vista técnico y financiero.

Sócrates terminó así con una polémica de años sobre dónde construir el nuevo gran aeropuerto con el que solucionar las carencias del actual de Portela, una infraestructura situada dentro de la misma Lisboa y que según algunos estudios agotará su capacidad en 2015.

El jefe de Gobierno en persona anunció tras un Consejo de Ministros que el informe no deja dudas sobre dónde se debía localizar el nuevo aeropuerto, decisión que, no obstante, contradice la idea inicial -surgida en 1999- que apostaba por el área de Ota, a unos 50 kilómetros al norte de Lisboa.

Sócrates sostuvo que la prioridad ahora es construir cuanto antes el nuevo aeropuerto, aunque aclaró que la decisión no es definitiva y que todavía deberá pasar los requisitos de la Unión Europea en relación a aspectos medioambientales.

El informe del LNEC apunta que la ubicación de Alcochete supera a Ota en seguridad, eficiencia y capacidad de operaciones, desarrollo económico y social e inversión financiera.

El estudio revela que la construcción del aeropuerto en Alcochete costará 4.926 millones de euros, mientras que su puesta en marcha en Ota habría requerido de 5.191 millones de euros.

El futuro aeropuerto de Lisboa se convirtió en debate nacional en los últimos años, tanto por su ubicación como por la conveniencia de afrontar una enorme inversión financiera que no todos han apoyado.

Ota fue la apuesta defendida desde 1999 por el entonces Gobierno de centroderecha del Partido Social Demócrata (PSD), iniciativa que contaba también a comienzos de 2007 con el apoyo del actual Ejecutivo socialista.

El PSD, ahora en la oposición, inició en los primeros meses de 2007 a cuestionar la idoneidad de la ubicación de Ota, posición que zanjó el ministro de Obras Públicas, Mario Lino, al apuntar que construir la infraestructura en la margen sur -la ubicación final- carecía de sentido por tratarse de un desierto demográfico.

El propio presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, medió en la polémica y favoreció la puesta en marcha de estudios técnicos, como el de la patronal lusa, la Confederación de la Industria Portuguesa (CIP), que se decantó por Alcochete.

El sector turístico fue uno de los más reacios a la opción de Ota, al estimar que los cincuenta kilómetros que separan a la capital de esa localidad supondrán un obstáculo para la llegada de visitantes a Lisboa.

Navegación Aérea de Portugal (NAV) también había señalado en otro estudio que el tráfico aéreo del aeropuerto de Ota estaría saturado trece años después de su inauguración, además de apuntar problemas derivados de la cercanía de la base militar de Monte Real, sede de los F-16 del Ejército portugués.

El informe destacaba que los vuelos de Ota deberían sortear, con complicadas maniobras, el espacio aéreo del vecino Monte Real, a lo que se sumará al obstáculo geográfico que supone la Sierra de Montejunto y vientos constantes de orientación noroeste.

Varias empresas españolas, entre ellas Abertis Logística y Sacyr Vallehermoso, mostraron hace meses su interés por tomar parte en los concursos que el Gobierno luso pondrá en marcha para la construcción de la nueva infraestructura. EFECOM

arm/prb

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