Marta Checa
Hong Kong, 31 dic (EFECOM).- Los astilleros chinos, con un récord de contratos en sus libros de pedidos, están camino de superar a sus vecinos de Corea del Sur, pero factores como la apreciación del yuan frente al dólar y la necesidad de importar componentes limitan sus márgenes de beneficio.
Un estudio reciente del Credit Suisse en Hong Kong sugiere a los inversores que no pierdan de vista a los constructores de navíos chinos y estima que la buena racha de éstos en la obtención de nuevos contratos se mantendrá "fuerte", concretamente en lo que se refiere a la construcción de navíos de carga a granel y de los de contenedores.
De hecho, Pekín no esconde que uno de sus objetivos es convertirse para 2015 en la mayor constructora naviera del mundo, con una producción de 22 millones de toneladas de peso muerto (de los 10 millones actuales).
La amenaza de los astilleros chinos se extiende también, según el estudio "El sector chino de la construcción naval" de la entidad bancaria, a la construcción de plataformas petroleras marinas.
Sin embargo, los astilleros de Singapur, especializados en ese sector del mercado, aún no están amenazados debido al inferior conocimiento técnico de los chinos y a la concentración de éstos en la demanda interna de plataformas.
Pero, a pesar de que los astilleros chinos trabajan a toda máquina, varios son los escollos que entorpecen su camino a la meta.
Uno procede del hecho de que China importe un alto porcentaje de la maquinaria de los barcos que produce (que representa en torno a un 30 por ciento del coste total del navío), según datos difundidos recientemente por el diario honkonguense South China Morning Post, lo que limita el margen de beneficio.
Esto se debe no sólo a que la industria auxiliar local se ha visto desbordada por los pedidos, sino a que compradores extranjeros como los europeos prefieren la calidad y fiabilidad de la maquinaria europea para los barcos que solicitan a los astilleros chinos.
Por otra parte, la apreciación del yuan frente al dólar ha hecho que los beneficios de los constructores chinos se hayan visto erosionados, ya que la mayoría de los compradores pagan en la moneda de Estados Unidos.
"Suponiendo que todos los contratos firmados hace dos años con compradores extranjeros estaban denominados en yuanes, eso significaría que los beneficios de los astilleros chinos se redujeron en 4.500 millones de yuanes (unos 610 millones de dólares; 424 millones de euros)", explicó recientemente Zhan Weijing, profesor de la Universidad shanghainesa de Jiaotong.
A esto se añaden varios riesgos potenciales, como un debilitamiento del comercio y del PIB global, así como la expansión de la capacidad de los astilleros mundiales, factores que podrían hacer peligrar las previsiones de esta "racha" china, consideran los analistas del Credit Suisse en su estudio.
Efectivamente China puede felicitarse de haber cerrado en 2007 más del 40 por ciento de los nuevos contratos de construcción de navíos (por tonelaje de peso muerto), especialmente en el segmento de los de carga a granel.
Además, si bien el nivel actual de avance técnico de los astilleros chinos no ha llegado al del de los coreanos o japoneses, hecho que se ve en los encargos apalabrados (53% de carga a granel, 27% petroleros, 10% barcos contenedor), sí se observa una tendencia de mejora en escala y en el valor de la construcción.
Esto ha llevado pareja una política gubernamental favorable a la expansión de la capacidad de los astilleros chinos, expansión que, por otra parte, también han secundado para sus respectivos astilleros los gobiernos de Corea del Sur y de Japón.
Ello podría ser motivo de preocupación a largo plazo para la industria, indican los analistas del Credit Suisse.
Una preocupación que se basa en el desbordamiento de la capacidad, que, en todo caso, no se materializaría en los próximos 12 a 18 meses, periodo para el que los astilleros están recibiendo un fuerte flujo de pedidos. EFECOM
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