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Una mujer libia guió a la OTAN en los ataques contra Gadafi

TRíPOLI (Reuters) - La campaña de bombardeos de la OTAN que debilitó al Gobierno de Muamar El Gadafi en Libia tenía un activo secreto: una mujer libia de 24 años que pasó meses espiando las instalaciones militares y entregó los detalles a la alianza.

La mujer, que operaba bajo el código de Nomidia, usó elaborados métodos para evadir la captura, cambiando constantemente su ubicación, usando numerosas tarjetas SIM de teléfonos móviles y ocultando sus actividades a todos, a excepción de sus familiares más cercanos.

Su mayor protección ante un arresto de las fuerzas de seguridad de Gadafi fue su género: como mujer joven en la sociedad musulmana y conservadora de Libia, no levantó sospechas.

"No estaba en el radar", explicó la joven ingeniera a Reuters en una entrevista en el vestíbulo de un hotel en Trípoli, dos semanas después de que quienes se sublevaron tomaran el control de la capital libia tras un mandato de 42 años de Gadafi.

"Ellos se estaban concentrando más en los hombres y era casi imposible pensar que una chica estuviera haciendo todo esto", aseveró.

Nomidia conversó con Reuters bajo la condición de que su identidad verdadera no fuera revelada. Afirmó que aunque Trípoli estuviera ahora bajo el control de un gobierno interino, aún había una resistencia de partidarios de Gadafi que podría atacarla a ella o a su familia.

El relato de sus actividades fue corroborado por otras dos personas que fueron parte de la red opositora a Gadafi y ayudaron a enviar la información sobre sus fuerzas de seguridad.

"(Ella fue) una fuente muy importante y fiable", señaló Osama Layas, un patólogo forense que pertenecía a la red rebelde.

FIRME ARRAIGO

Ahora en Trípoli, crudas caricaturas de Gadafi vestido como una mujer aparecen en los puestos del control. Los carteles con su imagen han sido cortados en la parte del rostro o arrancados.

Cuando Nomidia comenzó su rol como agente encubierto hace cinco meses, Gadafi y sus fuerzas de seguridad contaban con un firme control sobre la ciudad y la información que pudiera servir a sus opositores.

Las líneas telefónicas eran supervisadas, los mensajes de texto a través de móviles bloqueados e Internet estaba disponible sólo para oficinas del Gobierno y un grupo de periodistas extranjeros que estaba bajo vigilancia en un hotel cinco estrellas.

Las prisiones de la ciudad estaban llenas de personas sospechosas de ayudar a los rebeldes o sólo de entregar información a alguien fuera de Libia.

Nomidia, una mujer alta y delgada con una bufanda verde que le envolvía la cabeza, dijo que se sintió obligada a actuar después de la forma brutal en que las fuerzas de Gadafi aplastaron los primeros brotes de descontento social en las ciudades de todo el país.

"No pude evitarlo cuando vi lo que Gadafi hizo primero en Bengasi, luego en Misrata, en Zawiyah, en Trípoli, en las Montañas Occidentales", señaló.

Comenzó llamando a la cadena Al Ahrar, opositora a Gadafi y con sede en Qatar. Con poca información verificable filtrándose desde Trípoli, los productores del canal la sacaron al aire por teléfono bajo el nombre de Nomidia, y ella relató lo que estaba sucediendo en la capital.

Pronto estaba entregando detalles sobre las fuerzas militares que el canal prefería no emitir al aire para evitar alertar al Gobierno de Gadafi.

En lugar de eso empezaron a ofrecerle la información a la OTAN, a través de funcionarios del Gobierno rebelde, el Consejo Nacional de Transición (CNT), dijo Lina, productora de la estación en ese entonces y quien fue el principal punto de contacto con Nomidia.

La información que Nomidia proveyó fue, "básicamente, donde estaban almacenando las armas, sus tanques", indicó Lina, que pidió ser identificada sólo con su nombre de pila.

"Ella hizo un trabajo increíble", afirmó la productora a Reuters por teléfono. "Fue muy valiente. Conozco muchas personas que no lo habrían hecho si estuvieran en Trípoli. Así que estoy muy orgullosa de ella", expresó.

Con la red de telefonía bajo vigilancia, la parte más peligrosa de las actividades de Nomidia fue entregar la información sobre blancos de las fuerzas de Gadafi.

"Estaba usando móviles. Usé 12 tarjetas SIM y siete teléfonos móviles diferentes", explicó.

En algún momento, un empresario y miembro de la red opositora a Gadafi le dio un teléfono de satélite, aunque esto era muy peligroso puesto que el Gobierno había prohibido su uso.

También cambiaba de localización constantemente.

"Un día llamé de Tajura, otro de Suk al Jumaa. Sitios diferentes", afirmó, nombrando vecindarios de Trípoli.

La OTAN hizo un nuevo reconocimiento de los objetivos para sus bombardeos usando satélites y aviones no tripulados. Pero su trabajo era limitado. En algunos casos, las fuerzas de Gadafi instalaron bases ocultas en edificios de civiles.

Además, la alianza no podía garantizar que en la zona donde quería atacar no estuviera habitada por civiles.

Ese fue el instante en que alianza buscó ayuda de Nomidia y de personas como ella.

"Tuvimos al menos 16 personas trabajando para nosotros y haciendo esto. Había una mujer que nos daba la información", dijo Hisham Buhagiar, un alto funcionario del CNT.

"Esta fue una gran operación con muchas piezas pequeñas. Posiblemente no lo hubieras podido hacer sin ninguno de ellos", manifestó.

/Por Christian Lowe/

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