CARACAS (Reuters) - Los chamanes de la Amazonia venezolana fueron los últimos en unirse a la cruzada por la salud del presidente Hugo Chávez, que ha recibido misas cristianas, rezos evangélicos y hasta bilongos africanos para ayudarle a superar el cáncer que padece.
En una ceremonia el sábado en la que participaron miembros de varias etnias indígenas, el líder socialista fue designado "Gran Cacique" de los pueblos ancestrales de Venezuela y honrado con cánticos, bailes y rituales para protegerle de la enfermedad y sus enemigos.
"Agradecido por ese baño de amor y de oraciones. Les juro que viviré y viviré junto a ustedes y frente a ustedes largo tiempo", dijo el mandatario, tras ser coronado por una anciana curandera yekuana con un exótico penacho de plumas multicolor bendecido en las remotas selvas del Alto Orinoco.
Aunque la población indígena en Venezuela se calcula entre 300.000 y 500.000 personas, la Constitución impulsada por Chávez tras llegar al poder les reservó tres escaños en la Asamblea Nacional, reconoció sus lenguas como cooficiales y en 2007 creó el Ministerio de los Pueblos Indígenas.
El gobernante de 57 años dijo en la víspera que en los próximos días su equipo médico decidirá si es necesario un cuarto ciclo de quimioterapia, aunque él insiste en que ya ha superado la enfermedad y que en breve estará plenamente recuperado para luchar por la reelección el año que viene.
Con telas de brillantes colores e intrincados diseños o en simples taparrabos, líderes wayúu, jivi y cumanagoto invocaron a sus ancestros para pedir la pronta recuperación del carismático militar retirado, que sigue sin revelar el tipo y la gravedad del tumor que le extirparon en Cuba el 30 de junio.
No han sido los únicos. El mes pasado, un nutrido grupo de músicos de ascendencia africana tocaron y bailaron el ritual del bilongo por la recuperación del polémico presidente, mientras que decenas de jóvenes cristianos y evangélicos se raparon la cabeza tras una misa ecuménica en muestra de solidaridad.
ELECCIONES
La oposición ha criticado el secretismo en torno a la enfermedad del jefe del Estado así como sus intermitentes viajes a La Habana para recibir parte del tratamiento, mientras se prepara para concurrir en febrero a unas inéditas elecciones primarias de las que saldrá el oponente de Chávez en 2012.
La popularidad de Chávez ronda el 50 por ciento, uno de los niveles más bajos desde que llegó al poder en 1999, presionada por una criminalidad desatada, la galopante inflación, el creciente déficit de viviendas y constantes fallos en los servicios públicos del país petrolero.
Sin embargo, su discurso de justicia social y los miles de millones de dólares destinados a programas asistenciales de alimentación, salud y educación le han permitido forjar una amplia base de partidarios que trabajarán por la continuidad de su proyecto socialista.
"La gente considera que el presidente es alguien bueno, es un líder que quiere a los pobres, que tiene buenas ideas y proyectos", dijo esta semana el director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schémel, que suele realizar informes para empresas privadas y partidos de oposición.
"La primera opción para el triunfo en las elecciones la tiene Chávez", afirmó el encuestador.
Sin embargo, los analistas coinciden en que todavía es pronto para evaluar el impacto final que pueda tener la enfermedad del ex comandante de paracaidistas en su carrera por la reelección ante unos comicios que se prevén muy reñidos.
"Chavismo duro y oposición dura representan 30 por ciento del electorado cada uno. Ninguno gana sin los independientes", opinó el sábado el director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, en su cuenta de Twitter @luisvicenteleon.
/Por Enrique Andrés Pretel/