
Crecer un 5 o un 6 por ciento anual puede ser una buena noticia para algunos sectores aunque no para el farmacéutico, acostumbrado a superar los dos dígitos durante muchos años e invertir enormes sumas en I+D para lanzar nuevas moléculas al mercado. Pero esta será la tónica mundial de los próximos años, según la consultora especializada IMS, y el mercado español no es una excepción.
Los tres últimos años han sido el primer adelanto del cambio de ciclo para los laboratorios en España. En 2006 el gasto farmacéutico público a través de receta médica -que constituye el grueso de la facturación de estas empresas-, creció el 5,8 por ciento, hasta los 10.636 millones de euros. Y los dos ejercicios anteriores lo hizo a tasas del 6,4 por ciento en 2004 y el 5,6 por ciento de 2005.
La tendencia se mantendrá este ejercicio al cerrar en torno al 5,5 por ciento en 2007, por encima de los 11.200 millones de euros, gracias al impacto del nuevo sistema de precios de referencia para los medicamentos.
Recortes de precios
Sin duda el nuevo sistema de precios máximos que entró en vigor en marzo ha sido el factor que más ha condicionado la actuación y estrategia de los laboratorios farmacéuticos en España durante 2007.
Los laboratorios calculan que sus ganancias se han visto mermadas en más de 550 millones de euros en el último año, que se suman a los recortes de precios de los dos últimos años.
La filial española de Pfizer, la multinacional estadounidense líder en ventas, valoró su repercusión en 71 millones de dólares, lo que frenó su cifra de crecimiento en España por debajo del 2 por ciento y poco más del 6 por ciento en farmacias en 2006. Y lo peor para las compañías es que este sistema de contención del gasto se actualiza periódicamente.
La próxima Orden de precios de referencia, prevista para el próximo marzo, afectará a 15 grupos de fármacos más y podría costar más de 200 millones de euros a las farmacéuticas el próximo año.
Esta contención del gasto farmacéutico en España ha obligado al sector a asumir cambios de estrategia en su crecimiento. La más notable ha sido la salida a bolsa de dos de las principales farmacéuticas españolas para financiar su crecimiento.
Salidas a bolsa
La primera en saltar al parqué madrileño fue Almirall (ALM.MC), el primer laboratorio español por ventas y cuarto en facturación total. Lo hizo el 20 de junio, a un precio de 14 euros y un valor bursátil de 2.350 millones de euros. La farmacéutica catalana, propiedad de la familia Gallardo, no ha tardado en invertir en su expansión y el 16 de julio anunció la compra de Hermal, la filial especializada en dermatología del grupo alemán Reckitt Benckiser. El precio acordado fue de 376,4 millones de euros. No se ha quedado ahí Almirall porque el 8 de octubre amplió su cartera de productos con la compra de ocho medicamentos a la británica Shire por 151 millones de euros.
Con estas dos operaciones el laboratorio catalán pretende empujar su cifra de ventas por encima de los 757,9 millones de euros que registró en 2006, cifra que supuso un incremento de tan sólo el 3 por ciento respecto a 2005. El fabricante del antiácido Almax invirtió 86,7 millones de euros en I+D en 2006, el 11,4 por ciento de su cifra de negocio y el 14,4 por ciento de una plantilla de casi 3.000 colaboradores.
Otro laboratorio que ha seguido este año los pasos del líder español ha sido Laboratorios Rovi (ROVI.MC). El grupo controlado por Juan López-Belmonte, presidente del consejo de administración y propietario del 39,99 por ciento de su capital, debutó el 5 de diciembre en Bolsa en una operación dirigida exclusivamente a inversores institucionales españoles y extranjeros. Al fabricante de Bemiparina no le han ido mal las cosas este año, ya que en los 9 primeros meses del año se apuntaba unas ganancias de 19,2 millones de euros, un 147 por ciento más que el año anterior.
Ambas farmacéuticas toman el testigo en la Bolsa de Faes Farma (FAE.MC) y dos biotecnológicas, como Zeltia (ZEL.MC) y Grifols (GRF.MC). Esta última inició su aventura bursátil en mayo de 2006 y, desde entonces, el fabricante de hemoderivados se ha disparado en un 250 por ciento en un año para enmarcar.
Pero uno de los hitos principales de 2007 ha sido el lanzamiento del primer antitumoral desarrollado por una empresa española. El Grupo Zeltia que preside José María Fernández-Sousa obtuvo el 20 de julio el dictamen positivo de la Agencia Europea del Medicamento para su tratamiento Yondelis contra el sarcoma de tejido blando. Después de invertir 200 millones de euros en ensayos e investigaciones a lo largo de 17 años, el Grupo anunció el 15 de octubre las primeras ventas facturadas en un hospital del Reino Unido. Ahora hay que esperar su indicación como tratamiento contra el cáncer de mama y de ovario para poder decir que la empresa gallega juega ya en primera división de las farmacéuticas.
El resto de laboratorios nacionales también han sido muy activos. Así, por ejemplo, Esteve ha firmado nueve acuerdos de licencias farmacéuticas para estimular unas ventas que el pasado año se estancaron al facturar su división farmacéutica 592 millones de euros. Este laboratorio, segunda farmacéutica española por ventas y dentro del top 10 del sector, no quiere descuidar la I+D y ha anunciado una inversión entre 2007 y 2011 de 285 millones de euros.
El Grupo Ferrer optó por las compras en 2007. En febrero adquirió la firma OTC Ibérica y en octubre compró Laboratorios Gelos, el fabricante del popular analgésico Gelocatil, uno de los tres productos más vendidos en las farmacias españolas. La compañía fundada por Carlos Ferrer Salat incrementa así su cifra de negocio en 26 millones de euros, hasta alcanzar una previsión de 541 millones de euros para 2007, que le permitirá escalar posiciones en el ranking de ventas en farmacias, donde ocupó el puesto 16 en 2006.
Márgenes y despidos
Para afinar sus márgenes las farmacéuticas han recurrido a todo tipo de políticas. España se ha convertido, por ejemplo, en el banco de pruebas de la distribución. Así Pfizer, Lilly, MSD, Janssen Cilag, Sanofi, Novartis, AstraZéneca y Boehringer se han embarcado en un cambio de modelo con suministros directos a las farmacias, acuerdos de doble precio o selección de mayoristas.
Otra receta aplicada por las grandes multinacionales que copan los primeros lugares del ranking farmacéutico en España han sido los recortes de plantilla. Pfizer fue la primera en anunciar que destruirá 10.000 empleos durante los próximos años. MSD ha cifrado esta reestructuración en 7.000; AstraZéneca, en 3.000; Amgen recortará 2.200 empleos; y la última multinacional en recurrir a este jarabe ha sido Bristol-Myers Squibb, con un total de 4.300, el 10 por ciento de su plantilla.
Su onda expansiva se ha notado en España en los ajustes de plantillas en las fusiones de Bayer y Schering o el cierre del centro de investigación que Merck tiene en Barcelona después de su fusión con Serono.
Para las innovadoras una de sus principales preocupaciones es la fuerte competencia de los genéricos, una vez que las patentes de los principales productos han vencido o están próximas a hacerlo. Las farmacéuticas libran además una guerra judicial de desgaste para frenar las copias y defender unos derechos de protección intelectual cuestionados por los fabricantes de genéricos.
Las compañías de genéricos se están beneficiando de esta situación y, aunque se encuentran lejos de las cifras del sector innovador, están ganando posiciones a buen ritmo. Es el caso, por ejemplo, de Cinfa, la primera compañía española en este sector pujante. Uno de cada cinco genéricos dispensados en España lleva la marca del laboratorio navarro, que ha elevado su cuota de mercado del 18,7 por ciento de febrero al 20,4 por ciento en marzo, según IMS.
Cinfa, además, no se ha querido meter en líos de patentes y en 2006 facturó 114 millones de euros, un 21,7 por ciento más que el año anterior. Para este ejercicio, donde ya han superado los 100 millones de genéricos fabricados desde su primer lanzamiento en 1998, prevé superar los 135 millones de euros.