Empresas y finanzas

El Sabadell azuza la batalla por captar liquidez con bonos al 4,25%

El banco venderá en sus oficinas este producto, que no está afectado por la penalización al FGD. El sector indica que la batalla seguirá mientras la prima de riesgo esté por encima de 200 puntos.

El Sabadell ha decidido entrar con fuerza en la guerra por la captación de dinero y a partir del lunes comercializará en sus oficinas bonos simples con una rentabilidad anual del 4,25%.

Este producto no es un depósito, sino que se trata de deuda, por lo que la entidad no afrontará la penalización aprobada por el Gobierno antes de verano para las imposiciones con elevada rentabilidad, consistente en una contribución mayor al Fondo de Garantía (FGD).

Esta iniciativa es novedosa en el sector y los expertos no descartan que en los próximos meses otras entidades realicen operaciones de este tipo. El objetivo de la emisión, además, supone la reapertura del mercado de deuda para el sistema financiero español tras el cerrojazo en mayo como consecuencia de la crisis de los países periféricos.

Con la venta de los bonos, cuyo vencimiento es de 18 meses, el Sabadell intenta captar 300 millones de euros y obtener la liquidez suficiente para continuar con su estrategia de crecimiento diseñada en el Plan Crea, con la que tiene previsto registrar un aumento del crédito del 5,5 por ciento y en depósitos del 10 por ciento hasta 2013. Los clientes podrán contratar los bonos hasta el 29 de septiembre.

El Sabadell sostiene que la emisión va dirigida especialmente a inversores institucionales y a minoristas de valor añadido.

El lanzamiento de este producto reaviva aún más la llamada guerra del pasivo y se produce un día después de que el Popular elevara al 4 por ciento el interés que ofrece en su Depósito Gasol.

Fin definitivo de la tregua

Desde mediados de agosto distintas entidades pusieron fin a la tregua de la batalla -que tan sólo duró dos meses- con ofertas agresivas que suponían la penalización al FGD. Una de ellas, precisamente, fue el Sabadell, que a través de su filial de Internet, Activobank, inició una campaña con un depósito al 3,5 por ciento.

Con rentabilidades superiores, de hasta el 4 por ciento en función de la vinculación del cliente, Bankinter empezó a ofrecer una rentabilidad del 4 por ciento para dinero nuevo a partir de una imposición de 15.000 euros. El banco que mayor interés pone sobre la mesa a día de hoy sigue siendo Espírito Santo, que paga un 4,26 por ciento a doce meses por una inversión de al menos 50.000 euros.

El sector sostiene que la guerra se recrudecerá si la prima de riesgo no baja de los 200 puntos, ante las necesidades de liquidez. En la actualidad se sitúa cerca del umbral de los 300 puntos.

Vencimientos

Las entidades españolas tienen que afrontar vencimientos de 150.000 millones hasta finales del próximo año. Sólo en lo que resta de 2011 tienen que hacer frente a líneas de deuda por valor de unos 60.000 millones. Y en unas circunstancias como las actuales sólo les queda acudir a sus clientes y al Banco Central Europeo (BCE), además de las denominadas cámaras de contrapartida.

Pero para estas dos últimas alternativas las entidades necesitan garantías y con los balances cada vez más deteriorados éstas se hacen más complicadas. Hasta finales de 2011, el Santander y BBVA son los grupos financieros que acumulan mayores compromisos. Al primero le vence deuda por importe de 9.700 millones. Al segundo, 6.700 millones.

Estos dos aún no han tomado la decisión de elevar los intereses que pagan por sus depósitos y los mantienen en el 3 por ciento o, incluso, más abajo. Las entidades que han reemprendido la batalla son de mediano tamaño. Algunas de ellas destacan que su política de ofertas agresivas no obedece a problemas de liquidez, ya que podrían acceder a los inversores mayorista con un coste mayor si quisieran, sino que se debe a una estrategia para captar clientes y ganar cuota de mercado.

En el mercado, además, existen otras remuneraciones superiores al 3 por ciento con plazos de vencimiento más largos, cantidades mínimas muy elevadas o sólo como gancho comercial durante unos meses, además de exigir al cliente otra serie de productos o servicios.

El Gobierno, a petición del Banco de España, decidió antes de verano penalizar los depósitos con grandes rentabilidades para intentar terminar con la guerra, que estaba lastrando las cuentas de resultados del sector ante la caída de los márgenes. De hecho, el sector calificada la batalla como un auténtico haraquiri.

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