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Las fuerzas libias se acercan a Sirte, el bastión de Gadafi

TRÍPOLI (Reuters) - Las fuerzas libias se acercaban el domingo a la ciudad bastión de Muamar el Gadafi y prometieron capturarla si las negociaciones fracasaban, mientras los líderes de la revuelta descartaron mantener diálogos con el depuesto gobernante más allá de los términos de su rendición.

Los enemigos de Gadafi avanzaban a Sirte, lugar de nacimiento del ex hombre fuerte de Libia situado en la carretera que une al oeste con el este, pero un comandante sostuvo que "liberar" la zona podría tomar hasta 10 días.

En un crucial paso para revivir la destrozada economía libia, el ducto que suministra gas natural libio a Europa fue reparado, dijo el portavoz militar Ahmed Bani.

"El gasoducto está funcionando de nuevo, suministrando a las estaciones de energía y la refinería (de procesamiento de gas) de Mellitah. El gas comenzará a fluir hacia Europa", informó en una conferencia de prensa en Bengasi.

El portavoz no dijo cuándo se reanudarían los envíos.

En el extremo oeste, las autoridades tunecinas reabrieron el principal cruce fronterizo hacia Libia y decenas de vehículos avanzaron por una vía crucial para el envío de suministros a Trípoli. Las fuerzas libias capturaron el puesto de Ras Jdir de manos de los partidarios de Gadafi el viernes.

Las calles de Trípoli permanecían en calma el domingo tras el sonido esporádico de tiroteos y explosiones durante la madrugada, en una capital traumatizada por la creciente evidencia de masivos asesinatos sumarios ocurridos en las últimas batallas para derrocar a Gadafi.

Pero algunos residentes se aventuraron a salir de sus casas a buscar suministros de agua, combustible y alimentos. Y en la plaza de los Mártires, antes conocida como la plaza Verde de la era Gadafi, la policía de tráfico reapareció vistiendo uniformes blancos para dirigir a los vehículos.

"Regresé a trabajar el viernes. La vida está comenzando a volver a la normalidad", dijo el oficial de la policía Mahmoud al-Majbary, de 49 años.

Consultado si los combatientes estaban obedeciendo a la policía de tráfico, afirmó: "No todavía, estamos llegando a eso lentamente. Principalmente estamos acá para garantizar que la gente esté a salvo".

NO HAY NEGOCIACIÓN

Los libios seguían preocupados de que el hombre que los sometió a sus caprichos por 42 años siga libre.

Gadafi, de 69 años, ha evadido la captura hasta el momento, quizás con la intención de liderar una insurgencia contra sus opositores agrupados en el Consejo Nacional de Transición (CNT, por sus siglas en inglés).

"No se está llevando a cabo negociación alguna con Gadafi", dijo a Reuters Ali Tarhouni, responsable de petróleo y finanzas del NTC. "Si quiere rendirse, entonces negociaremos y lo capturaremos", sostuvo.

Anteriormente Associated Press citó al portavoz de Gadafi, Moussa Ibrahim, diciendo que el coronel seguía en Libia y quería discutir la formación de un Gobierno de transición con el CNT.

Responsables del CNT dijeron que la guerra seguirá hasta que Gadafi muera o sea capturado e insisten en que él, su hijo Saif al-Islam y su jefe de espionaje deberán ser juzgados en Libia, aunque son requeridos por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad.

Sirte, ubicada 450 kilómetros a este de Trípoli, es un trofeo vital para las fuerzas antiGadafi que atacan desde el este y el oeste. Dicen que prefieren una rendición negociada, pero lucharán si es necesario.

"Nuestro objetivo no es el derramamiento de sangre, nuestra meta es la liberación", dijo a Reuters el coronel Salem Muftah al-Refaidy durante una visita a la ciudad oriental de Bengasi. "No queremos más sangre, especialmente entre los civiles: niños, ancianos y mujeres", recalcó.

El coronel indicó que las tropas del CNT estaban a 100 kilómetros de Sirte desde el este y también se aproximaban desde Misrata hacia el oeste.

Refaidy indicó que no habría una vuelta al pasado.

"Tras todo este derramamiento de sangre no podemos decir 'Ven Muammar, ven Saif (...) lo sentimos, tomen Libia'. Está hecho, final del juego", afirmó.

En Trípoli, residentes hacían fila para comprar pan y registraban las tiendas en busca de alimentos. Muchos tomaron de forma estoica el difícil momento que atraviesan.

"Este es un impuesto que pagamos por nuestra libertad. Debemos soportar en este periodo de transición", dijo Sanusi Idhan, un abogado que esperaba para comprar alimentos.

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