Muchos le consideran el segundón de la manzana más famosa del mundo. Su destreza en desatascar las cañerías de Apple y hacer que el día a día del engranaje del gigante tecnológico funcione a la perfección queda obnubilada por su aparente carencia como visionario. Al fin y al cabo esa cualidad sólo le corresponde al todopoderoso Steve Jobs.
Por esta misma razón, muchos tienen sus dudas sobre Tim Cook como el hombre de confianza capaz de llevar las riendas de una compañía, cuya capitalización de mercado supera con creces ya a los 300.000 millones de dólares.
Lo que muchos no saben es que este ingeniero, licenciado por la Universidad de Auburn, ya tomó el relevo de manos de Jobs en dos ocasiones, en 2004 y en 2009, mientras el cofundador de Apple lidiaba con un cáncer de pancreas y recibía un transplante de higado. Según la revista Forbes, Cook al igual que Jobs es un completo adicto al trabajo que trabaja en Apple desde 1998 y al que se ha podido ver en distintos eventos sociales de la tecnológica, el último durante la presentación del nuevo iPhone 4 operado por Verizon.
Aunque los religiosos fans de los de Cupertino echen en falta a partir de ahora los jerseys de cuello vuelto y los vaqueros de Jobs, ya que Cook es algo más fiel a aquello del traje de chaqueta, es cierto que este hombre de pelo canoso y rostro afilado cuenta con un don del que el resto carece: conoce a la perfección qué es lo que Steve Jobs quiere y piensa, de ahí que se haya convertido en la mano derecha del gurú tecnológico.
No hay que olvidar que Cook, quien pasó 12 años de su carrera en IBM, con una breve parada en Compaq, siempre ha estado en las quinielas para dirigir otras compañías, entre ellas Hewlett Packard tras la polémica salida de su ex consejero delegado Mark Hurd. A la cola de pretendientas también han estado Motorola o el fabricante de ordenadores Dell.
Sin embargo el delfín de Jobs siempre ha sido fiel y leal a su mentor, algo que indica que quizás se convierta en el sucesor natural del cofundador de Apple. "Entrar en la compañía fue la mejor de decisión de mi vida", ha declarado en más de una ocasión. Al contrario que su todavía jefe, Cook no cuenta con un salario simbólico de un dólar sino que su sueldo alcanzó los 59 millones de dólares el año pasado.
Cook es un amante empedernido de la naturaleza, siempre que puede pedalea en su bicicleta por las inmediaciones de la sede de Apple y, por supuesto, es un perfeccionista empedernido. En un momento en que el iPad y el iPhone se enfrentan a una voraz competencia, es capaz de comenzar a enviar correos electrónicos a las cuatro y media de la madrugada y no es raro que convoque conferencias telefónicas los domingos.
Fiel al equipo de futbol de Auburn, Cook quizás no se ha involucrado demasiado en el desarrollo de nuevos productos para la compañía de la manzana, sin embargo durante su última suplencia el precio de las acciones de Apple creció un 60%. Ahora tendrá que demostrar una vez más que cuenta con un don especial para controlar una de las compañías tecnológicas más importantes e innovadoras del mundo. Amén de Steve Jobs.