Empresas y finanzas

El Euribor aprieta y casi ahoga a las economías familiares en 2007

Ana Tuñas Matilla

Madrid, 14 dic (EFECOM).- El Euribor a doce meses, el índice más usado para calcular las hipotecas en España, obligó a los hipotecados a apretarse el cinturón hasta el penúltimo agujero en 2007, año en el que ilusionó con 2 meses de rebajas para retomar con fuerza su senda alcista en diciembre y cerrar en máximos desde 2000.

Este repunte ha dado al traste con las esperanzas de las familias de ver reducidas las cuotas mensuales que pagan por sus préstamos que, por contra, se han incrementado de forma ininterrumpida desde octubre de 2005.

En los últimos doce meses, la cuota que pagan los ciudadanos por una hipoteca media de 150.000 euros a 25 años y un diferencial del 0,50 por ciento se ha encarecido en unos 76 euros, lo que al año supone un sobrecoste para las economías domésticas de 912 euros, el equivalente a una cuota "de más".

Con su subida, el Euribor ha contribuido a la ralentización del mercado inmobiliario, en el que cada vez cuesta más vender una vivienda por su elevado precio y el encarecimiento de la financiación, lo que, a su vez, ha frenado la petición de hipotecas.

El referente hipotecario cerró 2006 en el 3,921 por ciento y hasta el pasado mes de septiembre continuó, espoleado además por la crisis "subprime", por la senda alcista iniciada en octubre de 2005 y sumó dos años ininterrumpidos de incrementos.

En octubre y noviembre, pisó el freno y bajó apoyado en la decisión del Banco Central Europeo de aplazar una nueva subida de tipos de un cuarto de punto, presionado por la crisis crediticia, que ha conllevado el endurecimiento de las condiciones para la concesión de préstamos.

A estos descensos les siguió un fuerte repunte en diciembre, cuando el indicador se quedó a las puertas del 4,9 por ciento, cota máxima desde diciembre de 2000, y se situó al límite de lo que, según los expertos, puede soportar el bolsillo de los españoles.

Desde su creación en enero de 1999, la media mensual del Euribor a un año, que es la que se aplica para calcular las hipotecas, ha oscilado entre un máximo de 5,313 por ciento (marcado en agosto de 2000) y un mínimo del 1,983 por ciento (fijado en marzo de 2004).

La razón del repunte del Euribor radica en la política de contención de precios iniciada por el BCE en diciembre de 2005, cuando el precio del dinero se situaba en el 2 por ciento.

Desde entonces y hasta septiembre de 2007, el BCE ordenó ocho subidas de tipos de un cuarto de punto, hasta el 4 por ciento, con la intención de moderar la inflación y reducir la masa monetaria en manos de los usuarios.

La autoridad monetaria tenía previsto subir los tipos por novena vez en septiembre, pero tuvo que aplazar su decisión en un intento de paliar la falta de liquidez en los mercados. En Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed) ha rebajado los tipos del 5,25 al 4,25 por ciento.

En este contexto de crisis crediticia por falta de confianza, los expertos estiman que la Fed continuará bajando tipos el año que viene y esto obligará al BCE a rebajar el precio del dinero en Europa para evitar que el euro se fortalezca más de lo deseado frente al dólar.

Deutsche Bank prevé que el tipo básico de la Eurozona se situará en el entorno de 3,5 por ciento en el próximo verano, bajada que, sin duda, se trasladará al Euribor, que, según el BBVA, podría cerrar el año que vienen en el 3,9 por ciento.

Ante este panorama, el Gobierno impulsó la Ley Hipotecaria, que entró en vigor a inicios de diciembre y persigue abaratar la modificación de las condiciones de los préstamos, al tiempo que introduce las hipotecas inversas y el seguro de dependencia.

Con la nueva normativa se reducen sustancialmente los gastos de notaría, registro e impuestos derivados de cambios en las hipotecas, de forma que, por ejemplo, el coste de cambiar una hipoteca de 120.000 euros se reduce de 351 a 67 euros.

La mayoría de asociaciones de consumidores, sindicatos y partidos políticos consideran esta medida insuficiente y abogan por otras como la subsidiación de intereses para las familias con menores ingresos o la redacción de una ley concursal para que los hogares puedan presentar suspensión de pagos.

Por otra parte, exigen que se regule el sector de las refinanciadoras que, según los agentes sociales, se están aprovechando de la situación con políticas de reunificación de créditos que lo que realmente consiguen "es hipotecar de por vida a los ciudadanos".EFECOM

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