BERLÍN (Reuters) - El Muro de Berlín vuelve.
Medio siglo después de ser construido y dos décadas después de su demolición, unos pocos trozos del Muro que en el pasado dividió Berlín en este y oeste se están reinstalando para la posteridad para deleite de turistas que buscan un atisbo de la historia de la Guerra Fría de la ciudad.
Casi todos los 160 km del Muro de Berlín que encerraba el Berlín occidental en el corazón de la comunista Alemania del Este fueron destruidos a toda prisa o extraidos cincel en mano en la euforia que siguió a su caída en 1989.
Para cuando las dos Alemanias se reunificaron menos de un año después, el 3 de octubre de 1990, sólo quedaron algunos restos de la pared de la izquierda. Y sólo tres de las 302 funestas torres de guardia de Alemania del este permanecieron en pie.
"Hay una queja generalizada de que la demolición del Muro de Berlín fue un poco demasiado extensa", dijo el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit.
"Eso es comprensible desde el punto de vista actual y probablemente habría sido mejor para los turistas si se hubiera podido conservarlo algo más", dijo a Reuters. "Pero por aquél entonces todos éramos muy felices de ver desaparecer el muro".
De hecho, hubo una gran carrera para borrar el rastro del muro de hormigón de 3,6 metros de alto y de la barrera de alambre y púas, cuya construcción comenzó el 13 de agosto de 1961.
"Mauerspecht" (canteros) armados con martillos y cinceles se llevaron trozos de recuerdo y las excavadores hicieron el resto, dejándolo todo como grava y un solar.
Muchos trozos del Muro fueron vendidos, alcanzando hasta los 2 millones de marcos alemanes para el gobierno (alrededor de un millón de dólares de la época). Unos 300 guardias fronterizos de Alemania del este y 600 soldados de la occidental trabajaron conjuntamente para tirar el resto, convirtiendo sus 300.000 toneladas en masa de hormigón.
Pero ahora, a medida que crece cada año el número de turistas en Berlín buscando en vano rastros del Muro, la ciudad ha re-erigido y restaurado partes mientras expertos en conservación del patrimonio trabajan para conservar otras restos.
'¿DONDE ESTA EL MURO?'
"Al principio nadie pensó ni por un momento en conservar algo del Muro para futuras generaciones", dijo Jochen Staadt, un politólogo de la Universidad Libre de Berlín.
"Pero siempre había interés entre los extranjeros que venían y dicen '¿Dónde está el Muro?'", añadió Staadt, un especialista en Alemania oriental y en el Muro. "Llevó alrededor de una década hasta finales de los 90 antes de que la gente en Berlín, especialmente entre los menores de 30 años, comenzara a prestar interés en cómo era realmente el Muro".
Nuevos edificios se han erigido en muchas partes de la antigua "franja mortal" que separaba las dos Alemanias, y a veces es difícil decir donde estuvo la barrera.
En los últimos años una parte de Muro de unos 800 metros se ha reconstruido y restaurado en Bernauer Strasse, escenario de alguna de las evasiones más dramáticas tras levantarse el Muro.
La gente saltaba desde las ventanas superiores de los edificios del lado este del Muro a la calle en la parte oeste. Las ventanas se sellaron pronto y con ladrillos y más tarde también se acabaron demoliendo los edificios.
Parte de la sección reconstruida está hecha con trozos auténticos del Muro, algunos comprados por 1.000 euros cada uno a un coleccionista privado, y otra parte está hecha de hierro oxidado de 3,6 metros de altura que simboliza donde estaba el muro, pero tienen vacíos que permiten a los visitantes atravesarla.
Otros 500 metros de restos de hormigón del Muro y barras de hierro se añadirán el próximo año.
Berlín, con ayuda del gobierno federal y la Unión Europea, se está gastando 28 millones de euros en la reconstrucción, que también cuenta con un camino de bicicletas, losas de grafiti, adoquines para marcar dónde se levantó el muro o 105 pinturas gigantes de artistas de todo el mundo.
No obstante, la reconstrucción no es bienvenida por todos. Algunos líderes conservadores locales temen que el muro se convierta en una atracción similar a "Disneyland".
"La gente en Berlín ya sabe donde estuvo el Muro y el recuerdo es bastante doloroso", Staadt, el politólogo. "Es una situación difícil y a bastante gente le preocupa que se convierta en una especie de 'Disneyland'. Nadie quiere eso".
Wowereit dijo que eso no pasará.
"Paso a paso vamos a seguir ampliando activamente este memorial al Muro. Hemos visto que mucha gente viene a Berlín por la historia y seguiremos cultivando eso, no solo para los turistas sino para las futuras generaciones".
/Por Erik Kirschbaum/
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