Camacho salvó a su mujer

Madrid, 3 dic (EFECOM).- La defensa de Antonio Camacho consiguió hoy su primer objetivo, que el fiscal retirase los cargos contra Laura García-Morey, mujer del dueño de Gescartera y principal imputado en este juicio, para quien había llegado a pedir seis años de cárcel.

Y hubieron de pasar 31 sesiones, doce semanas de juicio oral y más de cien declaraciones de testigos, peritos y policías para que, el fiscal Vicente González Mota y la mayor parte de las acusaciones, reconociesen que Laura García-Morey era una empleada más de Gescartera, al igual que Ángeles Leis -las dos beneficiadas por la decisión del Ministerio Público que habrá de confirmar el tribunal-.

Laura García Morey recibió con lágrimas la decisión del fiscal e intentó disimular la alegría con una mirada a su marido, frente a los ojos del escaso público que asistió a la sesión, donde también se vieron las lágrimas de decepción, también junto a su marido, de la ex presidenta de Gescartera, Pilar Gimenez Reyna, para quien el fiscal mantuvo una petición de ocho años de cárcel.

La hija del cantante alicantino Jaime García-Morey comenzó a trabajar en 1997, como becaria con 22 años, en la sociedad gestora de carteras (SGC), el mismo lugar donde se enamoró de Camacho y desempeñó su labor en el departamento de inversiones, donde se decidían los valores a los que dedicaba Gescartera su dinero.

El juicio oral no ha logrado demostrar que la mujer de Camacho, con la que tiene dos hijas, disfrutase de dinero apropiado de los clientes de Gescartera, ni siquiera de los 12 millones de euros que el Banco de España entiende que pudo llevarse su marido y el entorno familiar del dueño de la agencia de valores.

Se ha sembrado, por tanto, la "duda razonable" y, en cualquier caso, siempre Antonio Camacho indicó que su labor era "ciega" y nada tenía que ver con otros departamentos más "sensibles" de la sociedad, como contabilidad, liquidación o gestión.

Nadie entendía muy bien cómo Camacho, en su primer día de declaración, insistía una y otra vez sobre "las murallas chinas" o divisiones entre departamentos, pero ahora la mayoría de partes personadas en el juicio entienden que era una línea de defensa de su mujer.

Por el momento, Laura García Morey ha evitado que el Ministerio Público le acuse y le considere responsable civil del agujero patrimonial de 50 millones de euros dejado en Gescartera.

El segundo asalto para ella y su marido será conocer la sentencia del tribunal que juzga este escándalo financiero, aunque Antonio Camacho ya ha pasado tres años en prisión preventiva y, si la Audiencia Nacional le condena al total de las penas propuestas por el fiscal, sólo habría de cumplir cuatro años del cárcel, al no tener antecedentes judiciales. El fallo será ya en el 2008. EFECOM

dsp/prb

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