
La Autoridad Bancaria Europea (EBA) publica mañana los test de estrés europeos, que dará a conocer el Banco de España a cierre del mercado. Mientras se va poniendo cara a los primeros suspensos, las pruebas siguen perdiendo credibilidad. Las críticas llegan desde España y Alemania, los dos sistemas financieros que más preocupan a los inversores y que podrían tener más bancos con problemas.
Según se ha conocido hoy, entidades como Banco Pastor, CatalunyaCaixa, Unnim o la CAM no superarán la nota de corte inicial establecida por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que exige un capital mínimo (core Tier 1) del 5% para pasar las puebas. El organismo no permite que las provisiones genéricas ni las emisiones en convertibles computen para el cálculo del capital principal.
Y esta cuestión es, precisamente, de lo que se quejan las entidades financieras. Critican los criterios de la autoridad bancaria, que no contabiliza como capital algunos conceptos que, a su juicio, sí que deberían computarse.
En el caso de Pastor, la EBA deja fuera del cálculo del capital la emisión de convertibles colocada en abril de 2011 y cuya conversión en acciones está prevista para 2014. En este sentido, la entidad precisa en un nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que "supera los test de resistencia ante cualquier escenario macroeconómico planteado, sin ningún tipo de medida adicional".
La entidad comenta que cumple las exigencias de las pruebas de la Unión Europea una vez incorporadas las provisiones existentes en balance y la emisión de obligaciones necesariamente convertibles en acciones, plenamente desembolsada el 14 de abril de 2011.
CatalunyaCaixa también ha enviado una notificación al regulador bursátil en el que manifiesta que supera los test de resistencia ante cualquier escenario macroeconómico planteado. Lo hace una vez incorporadas las provisiones genéricas existentes en balance a 31 de diciembre de 2010 y la venta de su participación en Repsol ya materializada el 19 de enero de este año.
No tendrán que recapitalizarse
Aunque estas entidades tendrán oficialmente un suspenso, no tendrán que recapitalizarse. Si con las medidas de capital adicionales y la contribución de las provisiones genéricas se supera el capital mínimo de solvencia del 5%, las entidades no estarán obligadas a presentar un plan de recapitalización.
En este caso, la EBA considera que podrán cubrir sus necesidades de capital principalmente gracias a las provisiones genéricas atesoradas hasta finales de 2010.
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ya sugirió este lunes que algunas cajas de ahorro españolas podrían suspender los test de estrés al no contar las provisiones genéricas como parte del capital.
Hoy mismo, el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, ha dicho que está seguro que algunas cajas, como CatalunyaCaixa, aprobarían los test de resistencia de la banca europea si se consideraran las provisiones dinámicas como capital.
Alemania se rebela contra las pruebas
La discrepancia con los criterios de solvencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ha llevado al banco público regional alemán Helaba a abandonar la lista de entidades sometidas a los test de resistencia europeos para evitar suspender la prueba.
El banco alemán indicA que su ratio Core Tier 1, se sitúa en el 6,8% en el escenario más adverso. No obstante, según los estándares de la EBA, este ratio alcanzaría sólo el 4% al no aceptar como capital propio de la entidad unos instrumentos financieros híbridos denominados "participaciones silenciosas".
La EBA ya informó a varias entidades alemanas que participaban en las pruebas de resistencia que estos instrumentos no iban a ser contabilizados en los test de este año y les instó a "endurecer" estos activos, habituales entre los institutos crediticios germanos y hasta ahora admitidos por los reguladores internacionales.
En comunicado, Helaba afirma que "no es comprensible" que la EBA en sus cálculos no tenga en cuenta un capital "totalmente fiable", que ha sido reconocido por las autoridades supervisoras y que se enmarca en los criterios de Basilea III.