Empresas y finanzas

El 'no' de BBK, Koplowitz y Del Pino a Iberia fuerza una única oferta española

Cuatro días después de que el consorcio liderado por el fondo de inversión Gala Capital haya presentado una oferta para comprar Iberia la operación se comienza a desinflar. Tanto la caja vasca BBK, como la familia Del Pino y Alicia Koplowitz se han desmarcado de la propuesta y Gala Capital se encuentra sola ante el peligro con el apoyo de Manuel Jové y Juan José Hidalgo.

Ante este nuevo escenario, el primer grupo de empresarios españoles que mostraron su interés por Iberia -Javier de Salas, José María Castellano y Miguel Zorita - han abierto las puertas a sus rivales para "llevar a cabo una oferta conjunta por la aerolínea de bandera española", aseguran a este periódico fuentes cercanas al proceso de compra.

El consorcio encabezado por el antiguo presidente de Iberia, el ex primer ejecutivo de Inditex y el ex vicepresidente de Deloitte no descartan incluir en su propuesta al ex presidente de Fadesa y al dueño del grupo Globalia -siempre que vaya a título personal- para ir de la mano en la operación. El mayor inconveniente de esta alternativa para agrupar al capital español es el papel que podría tener Gala Capital, la cabeza visible de la segunda oferta española por la aerolínea.

Problemas de financiación

Las relaciones de Salas, Castellano y Zorita con este fondo de inversión están bastante deterioradas desde antes del verano. "Hubo un intento de propuesta conjunta pero se desechó porque las condiciones que ponía Gala Capital, que incluían el cobro de fees (comisiones) por la operación de compra de Iberia, no convencieron al resto de los socios", añaden las mismas fuentes.

Por sí sola, Gala Capital no tiene el dinero suficiente para adquirir Iberia, ya que se calcula que su fondo de inversión está valorado entre 200 millones y 250 millones de euros. A priori, Salas, Castellano y Zorita tienen el mismo problema. Desde este consorcio se asegura que el Santander les ha prometido financiar la operación, pero vistas las dificultades que ha tenido el fondo de capital riesgo norteamericano Texas para encontrar financiación (lidera junto con British Airways otra oferta para comprar Iberia), tampoco lo va a tener nada fácil.

Los dos grupos de empresarios españoles que quieren comprar Iberia coinciden en su propuesta industrial en que pretenden continuar con el Plan Director diseñado por la compañía aérea. También están de acuerdo en respetar el equipo directivo de la aerolínea pero existe una diferencia. "Con Gala Capital, Fernando Conte seguiría como presidente de Iberia. Con Salas, Castellano y Zorita no está tan clara su continuidad", advierten

La sombra de la especulación

Sin embargo, en el mercado se teme que todo este movimiento sea, en el fondo, una operación especulativa dirigida a elevar el precio de Iberia y hacer rápidas plusvalías al calor de la guerra por la aerolínea de bandera española.

Ingredientes para sospechar no faltan. Primero, porque Gala Capital carece de los fondos necesarios para lanzarse al abordaje de la compañía. Segundo, porque han saltado a la palestra -comunicado oficial a la CNMV incluido- nombres de grandes fortunas españolas que nunca han estado inmersas en la operación.

La familia Del Pino, por ejemplo, ya rechazó sumarse a esta iniciativa hace mes y medio, según fuentes próximas a la saga. Tampoco Alicia Koplowitz terminó de dejarse seducir por la propuesta y, de hecho, los responsables de Omega Capital están tristemente sorprendidos de que su nombre haya aparecido en los papeles y, sobre todo, en el comunicado al organismo que regula las empresas cotizadas.

BBK, en cambio, ha seguido con mayor interés la operación, aunque en ningún momento dijo que se fuera a sumar como queda demostrado con el escrito que mandaron al Banco de España en el que le explican que no participan en esta oferta de compra, como publicó elEconomista el pasado sábado.

El papel de Caja Madrid

Además, nunca entrarían en Iberia mientras Caja Madrid continúe en el accionariado. La entidad presidida por Miguel Blesa no tiene ninguna prisa por vender el 10% que controla en la aerolínea, postura que desespera a otro accionista de referencia, British Airways, cuyas relaciones con el presidente de la entidad madrileña son bastante tensas.

Ante la posición de Blesa, la oferta pilotada por Salas, Castellano y Zorita también abre la posibilidad de que la entidad financiera conserve su diez por ciento en Iberia y continúe en el capital de la aerolínea junto con los nuevos dueños.

Un tercer factor son las jugosas plusvalías que, en el pasado, ha logrado Jové con operaciones similares. Consiguió una ganancia neta de 150 millones cuando vendió a ACS el 5% de la eléctrica. Un paquete que construyó a finales de 2005, poco después de que la constructora adquiriera a Santander el 22% de Fenosa y se empezara a especularse con la posibilidad de un contraataque gallego.

Un temor que llevó al grupo presidido por Florentino Pérez a utilizar todas las armas necesarias para hacerse con la compañía, incluida una opa sobre el 10% y una multimillonaria oferta de casi 600 millones de euros a Jove por sus acciones. Unos títulos que el empresario gallego había adquirido cuando la acción oscilaba entre 25 y 30 euros… y vendió apenas un año después, cuando Fenosa estaba en 40 euros.

Algo parecido pasa con Hidalgo. El dueño de Air Europa también ha pregonado a los cuatro vientos que el año pasado logró plusvalías de un millón de euros tras comprar acciones de Iberia a 2,57 euros y venderlas a 3,57 euros. El empresario salmantino avisó en septiembre de que en el momento que las acciones de la aerolínea se pusieran a 3 euros, volvería a adquirir un porcentaje. La cotización de Iberia bajó a 3 euros una semana después y ahora alcanza 3,67 euros.

Con todos estos movimientos entre las fortunas españolas que quieren comprar Iberia como música de fondo, el consejo de administración de la aerolínea se reúne el próximo jueves. Gala Capital y los socios que todavía quedan en su propuesta esperan que el órgano ejecutivo apruebe la due dilligence (apertura de libros). El consorcio asegura que si les facilitan la información económica lanzarían una opa formal en poco más de cuatro semanas.

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