
Las críticas sobre la lentitud del proceso de fusiones de las cajas es algo recurrente en algunos bancos. En especial en BBVA, que aprovecha cualquier oportunidad para reclamar una celeridad mayor en la reordenación del sector para que se normalice el sistema financiero español.
Hasta ahora las cajas se habían defendido de las embestidas, pero ayer pasaron al ataque. El presidente de la patronal CECA y de La Caixa, Isidre Fainé, durante su intervención en las jornadas financieras organizadas por la Apie y la Universidad Internacional Mendéndez Pelayo no sólo aseguró que el proceso está siendo rápido y que en sólo doce meses se ha encauzado. También indicó que "la fusión del actual BBVA tardó cuatro años en completarse".
En una intervención poco habitual, Fainé además no descartó que los bancos tengan que llevar a cabo un plan de concentraciones similar a la de los años ochenta. Eso sí vaticinó algún movimiento más en las cajas, porque el ajuste aún no ha terminado, pero defendió que ya se ha hecho el trabajo más importante y sólo queda culminarlo.
Confianza en Bankia
El presidente de la patronal señaló que para cerrar este proceso será necesario que varias entidades de ahorros salgan a bolsa, como Bankia y Banca Cívica, y se mostró optimista de que conseguirán saltar al parqué a pesar de que ahora los mercados "no favorecen" operaciones de este tipo por la prima de riesgo y las expectativas económicas, que han elevado la "volatilidad".
Fainé aseguró que España no creará empleos netos hasta finales de 2012. Si finalmente ninguna caja consigue atraer inversores, el Estado tendrá que desembolsar 16.000 millones como máximo.
En este sentido, reclamó calma para que se culmine el proceso de reordenación. "Todo se puede hacer más rápido, pero creo que la reestructuración financiera se hará bien, en tiempo y de la mejor manera posible".
En los últimos días las alarmas sobre las salidas a bolsa de Bankia y Banca Cívica, previstas para julio, se han disparado después de que Telefónica suspendiera la colocación de su filial Atento. Fainé, que es vicepresidente de la operadora de telecomunicaciones, consideró que la situación de nuestro país ha influido en la decisión de aplazar la colocación del call center.
Optimista con La Caixa
El ejecutivo catalán se mostró mucho más optimista sobre la entidad que preside, La Caixa, que cotizará en bolsa a partir del 1 de julio. A su juicio, marca distancias con el resto del sector.
En el proyecto de CaixaBank ha entrado el empresario mexicano y socio de la caja en América, Carlos Slim, que pretende hacerse con un 1% de la entidad. Fainé ve a otros socios internacionales como accionistas del banco de nueva creación, como el austriaco Erste Bank y el hongkonés Bank of East Asia (BEA), aunque no desveló la proporción de la inversión ni el momento de su ejecución.
En la transformación de La Caixa, el grupo ha separado los activos inmobiliarios y las participaciones industriales, a excepción de Telefónica y Repsol. Fainé adelantó que este banco malo nace con unos beneficios de 400 millones y que con el tiempo los activos aumentarán de valor como después de otras crisis del ladrillo.
Para mejorar la situación de la economía apeló a la responsabilidad de todos y denunció el absentismo laboral que sufre nuestro país, que alcanza el 6 por ciento de los trabajadores. En este sentido, asumió su parte de responsabilidad con la crisis, pero al mismo tiempo consideró que en la actualidad la banca no da crédito por falta de peticiones y solvencia de los solicitantes.