La compañía espera poder traspasar un centenar de trabajadores al grupo de Manuel Lao
BARcelona. Sharp presentará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 200 trabajadores de su planta de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), lo que equivale a dos tercios de su plantilla. El ajuste se produce tras la venta de su factoría a Cirsa, propiedad de Manuel Lao.
Sharp dejará de producir en septiembre televisores de tecnología led y sólo mantendrá 40 empleados del área de investigación y desarrollo y sesenta trabajadores del área comercial, con la intención de no retirarse por completo de España. La compañía japonesa comunicó ayer a los trabajadores que propondrá un ajuste a la Generalitat para 200 empleados, aunque confía que finalmente sólo se vean afectados por los despidos un centenar de ellos.
Los 100 restantes serían absorbidos por Cirsa, y pasarían a dedicarse a la producción de máquinas de juego.
En un comunicado, Sharp España detalló que el acuerdo alcanzado con Cirsa ha sido ya comunicado al presidente de la Generalitat, Artur Mas.
Sharp era la última fábrica de electrónica de consumo que se mantenía en el eje industrial catalán, ocupa a 300 empleados y ha sufrido en los últimos años tres ERE temporales, el último de los cuáles está vigente hasta el 30 de septiembre. La marcha de la nipona coincide con la partida de otras compañías japonesas de Cataluña, como Sony o Yamaha.