
Cineasta, compositor y, sobre todo, rebelde. José Miguel Fernández Sastrón asegura no estar dispuesto a que Teddy Bautista siga manejando a su antojo la SGAE, como si de una empresa privada se tratara, y ha decidido plantar cara.
Tras abandonar el año pasado el consejo de dirección, ha decidido presentar su candidatura a presidir la entidad. Su primer objetivo es democratizarla para que sus más de cien mil socios puedan votar -ahora apenas lo pueden hacer un 8%-, para trabajar después por ellos fomentando la cultura.
Fernández Sastrón tiene muy claro, por ejemplo, que además de cobrar a los Ayuntamientos por usar el repertorio de la SGAE, hay que ayudarles a programar, por ejemplo, obras de teatro y organizar conciertos.
Ha denunciado que la SGAE no quiso facilitarle el censo electoral para poder pedir los avales.
Efectivamente. Yo presenté los 250 avales necesarios para que me dieran el censo y ellos no me lo facilitaron. Pero lo que yo critico y denuncio no es sólo que yo no los tuviera, sino que ellos sí que los tenían. Eso es lo realmente grave. Juanjo Castillo, su director de campaña, llegó a reconocer públicamente en una reunión que era así, que estaba utilizando el censo del año 2007.
Por eso lo he denunciado en la Comisión Electoral. No tenían ninguna autorización para conservar esos datos, y mucho menos aún usarlos. Además, esos datos incluyen teléfono, y a mí no me los han facilitado. Sólo el email y el correo postal.
¿Y qué reclama entonces?
La Comisión Electoral debe adoptar medidas disciplinarias para garantizar la limpieza del proceso. Hay una candidatura que está atentando a la ley de protección de datos. Sino hacen nada al respecto para que todos compitamos en igual- dad de condiciones a partir del día 9 de junio, cuando se proclamen las candidaturas, lo denunciaremos donde corresponda. No impugnaremos las elecciones, pero sí su candidatura. La SGAE debe velar por la transparencia de las elecciones.
¿Cuáles son los puntos claves de su programa electoral?
Tenemos tres puntos esenciales. El primero es conciliar los intereses de los autores con Internet y las nuevas tecnologías, no tiene ningún sentido seguir convirtiendo nuestra relación con los usuarios en un problema. Lo segundo es modernizar la estructura. Todo está preparado para lo que está pasando ahora siga ocurriendo. Cada cuatro años debe haber elecciones libres y que los autores puedan presentar su candidatura. En la realidad y en la práctica, no es un sistema democrático.
Una entidad que tiene más de cien mil socios y en la que sólo votan 8.000, es una entidad enferma. Desde el momento en el que un autor ingresa un euro y es socio, tiene que tener derecho al voto. Y el tercer y último punto del programa es la política-cultura. Teddy Bautista está usando los fondos para la promoción cultural en comprar teatros e integrarlos en Arteria.
¿Qué haría con esta sociedad?
Él dice que está creando un patrimonio, pero la Ley de Propiedad Intelectual dice que en ningún caso es indivisible por los socios. Lo que hay que hacer con el dinero no es eso, sino apoyar a las iniciativas culturales públicas y privadas. En lugar de comprar un teatro, hay que apoyarle. Darle dinero a cambio de que programen obras del repertorio de nuestros autores. Así, podemos respaldar a 50 teatros y no sólo a uno. Es de sentido común.
E igual con los Ayuntamientos. No se trata sólo de cobrarles sino que hay que aportar fondos culturales para que promuevan las obras. Ahora mismo, la SGAE no apoya a la industria cultural, compite contra ella. En ocasiones, Teddy Bautista está comprando teatros más caros de lo que pagaría cualquier empresario y les está echando del mercado.
¿Vendería entonces los teatros que tiene ahora Arteria?
Lo primero es parar todos los proyectos que hay en marcha. Vamos ya por 300 millones comprometidos y sabemos que están negociando la compra del Palacio de la Música, en Madrid, de un teatro en Zaragoza, y de, al menos, otros tres o cuatro más. ¿Hasta dónde vamos a llegar?
¿Y con los que hay?
Se ha demostrado que los dos teatros que hasta ahora no gestionaba directamente Arteria -Coliseum y Lope de Vega- eran los más rentables. En manos privadas funcionan mucho mejor. Nuestra labor no es hacer la competencia a los empresarios teatrales, sino cobrar por lo que genere su actividad. Teddy ha montado todo este holding a costa de los autores para acabar retirándose como presidente del mismo. El problema es que están invirtiendo por ejemplo 60 millones en un gran auditorio en Sevilla, con restaurantes, tiendas... Imaginemos lo que se podría hacer con ese dinero.
La SGAE ha avalado con 83 millones los créditos de Arteria. ¿Hay un riesgo real para los autores?
Efectivamente. Fundación Autor es la que firma las hipotecas por un total de 254 millones de euros, y la SGAE da avales por 83 millones por una parte. La entidad tiene un patrimonio neto de 8 millones, con lo que la primera pregunta es: ¿con qué recursos se afrontarían esos avales? Una vez que se responda con el patrimonio, ¿qué sería lo siguiente, las liquidaciones de los autores? Lo primero que haré si llego a la presidencia es cerrar todos los avales que sea posible.
¿Cuál es su opinión sobre el canon digital?
Debe pagar el que lo va usar para copiar y no el que no copia. El problema es que eso es muy difícil para los fabricantes. Nosotros no podemos decir nada, debemos atenernos a lo que diga el Ministerio de Cultura. Cada euro que tú le cobras a alguien que no tiene que pagarlo es un error, que al final pagamos los autores. Queremos cobrar sólo lo que nos corresponde. Ni un euro más.
¿Tienes alguna propuesta para el Montepío de los autores?
Hay unos fondos que no puedes repartir por ley y que están destinados a la promoción cultural y labor asistencial. Y lo que se dedica a esto último es irrisorio. Hay autores malviviendo en un albergue, sin seguridad social y Teddy Bautista se gasta 300 millones en teatros. Es poco ético.