La crisis económica ha obligado a todos los ciudadanos a desempolvar sus escasos conocimientos económicos y a acuciar el ingenio para, como se decía antes, obtener duros a pesetas. Una opción para sacar mayor rentabilidad es acudir a una entidad financiera de la que se supone que cuenta con unos gestores y trabajadores que merecen la máxima confianza de sus clientes, ya que están suficientemente preparados para cuidar de los ahorros de toda una vida.
Sin embargo, si se mira detenidamente el currículum de los presidentes de esas cajas la sorpresa, en muchos casos, es mayúscula. Vendedores de coches, constructores, obispos, voluntarios de la Cruz Roja, médicos e, incluso, especialistas en óptica han sido y son sorprendentemente presidentes de varias entidades. Capítulo a parte son los políticos, o los que se han criado a las faldas de uno de ellos y que gozan, de manera innata, de los contactos necesarios para ascender y estrenar su flamante despacho de presidente sin tener, apenas, conocimientos económicos, sino más bien de otro calado.
Tal vez uno de los ejemplos que mejor ilustran esta escasez de formación académica es la Modesto Crespo, presidente de la CAM, que inició su trayectoria profesional vendiendo coches.
Crespo acudía de lunes a viernes a los concesionarios de la marca Ford que su familia tenía en las localidad alicantina de Elche, en el que empezó, y Orihuela. Esa fue su posición de salida para alcanzar el estrellato. Algunos de sus detractores le acusan de comportarse de manera sumisa frente al poder. Sin embargo, y al margen de esa actitud, ha logrado la confianza del actual presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, con el que comparte silla en la institución El Misterio de Elche, creada en 2005 y que él mismo preside.
Y, ¿cuál es su formación para presidir la segunda caja valenciana? Ninguna, como mucho lo que haya aprendido como presidente de Coepa, patronal alicantina de empresarios (presidente desde 2006) o de la feria de Alicante (2004) o de la patronal metalúrgica de su localidad natal. Al menos, se dedicaba a las ventas... Porque hay casos en los que ni siquiera eso, como el de Santiago Gómez, obispo y licenciado en Teología, cuya gestión al frente de la intervenida CajaSur acabó en la extrema unción y posterior intervención de la entidad por parte del Banco de España. Es evidente que su falta de conocimientos económicos llevaron a la caja del clero a su defunción.
Constructor, ingeniero industrial...
Otro de los casos más sangrantes es el de el constructor Santos Llamas que, como presidente de Caja España, se aprobaba a sí mismo los créditos que solicitaba su compañía. Todo un ejemplo de trasparencia y buen gobierno. O el de Juan Manuel Suárez del Toro, presidente de Caja Canarias. Ingeniero industrial y director durante unos años de una compañía de transporte público, ha estado dedicado la mayor parte de su vida al voluntariado en la Cruz Roja, donde ingresó con 18 años, hasta ascender a presidente del organismo en 1994.
La sanidad también es uno de los sectores en los que se encuentra la experiencia de varios presidentes de cajas. Así, Julio Fermoso, doctor y catedrático en Medicina, tras una larga y extensa trayectoria como investigador en diferentes campos de la salud, en 2002, como tocado por una varita mágica, ascendió a presidente de Caja Duero con 54 años. En un caso muy parecido al de José Ignacio Mijangos, presidente de Cajacírculo de Burgos y actualmente de Caja 3, cuya experiencia es la de óptico y audioprotesista, hasta el punto que ocupó la presidencia nacional de este último gremio.
Otro caso curioso es el de Antonio Jara, presidente de Caja Granada, doctor en derecho y durante 30 años profesor titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada. Su actividad como docente la complementó con la política, especialmente durante la etapa de la transición. Este trabajo complementario es el que explica, en su caso y en el de otros muchos presidentes, su ascenso.
Porque políticos, desde luego, no faltan. Los casos más significativos son, sin duda, los de Miguel Sanz, Narcís Serra Juan Pedro Hernández Moltó o Miguel Blesa, que tras ser designado por el dedo de la política dejó bajo las alfombras de Caja Madrid una tasa de morosidad del 5,5 por ciento. El de Sanz es, sin duda, uno de los más llamativos. Licenciado en Humanidades, empezó compatibilizando su cargo en la Caja Rural de Navarra con el de alcalde de Corella, desde las elecciones de 1983. Ha sido parlamentario foral por Unión del Pueblo Navarro desde 1987 hasta la fecha, accediendo a la presidencia del Gobierno autonómico en 1996, cargo que ha ocupado hasta la actualidad, tras ser reelegido en 1999, 2003 y 2007. Durante años compatibilizó su cargo político con el de presidente de la caja. Eso sí, a lo largo de los últimos años impulsó la reforma de los estatutos de la CAN para que fuera incompatible el desempeño de cargos públicos con cualquier representación en los órganos de Gobierno de la entidad.
De ministro a la caja
Narcís Serra es un caso similar. Llegó a la presidencia de Caixa Catalunya en 2005 y aunque es cierto que está licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona, su experiencia en el campo financiero era hasta entonces prácticamente nula. Afiliado al PSC desde 1978, entró ya en el Gobierno provisional preautonómico catalán como consejero de Política Territorial y Obras Públicas en 1977. Fue ministro de Defensa y vicepresidente del Gobierno y desde 1996 secretario general del PSC.
Igualmente ligado a los socialistas está Juan Pedro Hernández Moltó, el hombre que arrastró a CCM al abismo, obligando a la intervención del Banco de España. Fue secretario general del partido en Castilla-La Mancha, consejero de Transportes y Comunicaciones, de Economía y Hacienda y de Comercio y Turismo del Gobierno regional, llegando después al Congreso de los Diputados.
Como portavoz socialista en la Comisión de Economía del Congreso, fue vocal en 1994 durante la comisión de investigación del caso Ibercorp contra Mariano Rubio, pocos años antes de ser elegido concejal en Toledo. ¿Experiencia en el sector financiero cuando fue nombrado presidente de CCM en 1999? Ninguna. Benefició a empresarios y políticos afines con créditos de alto riesgo y acabó siendo imputado por estafa y administración desleal.
No resultan así extrañas las conclusiones del estudio realizado a finales de 2009 por los profesores Vicente Cuña y Luis Garicano, de la London School of Economics, para quienes la exposición al riesgo inmobiliario es mayor en las entidades cuyo presidente no tiene antecedentes financieros, lo que eleva los ratios de impagos. Sólo un tercio de los 45 presidentes de las cajas tenía estudios de postgrado en el momento del informe.