Empresas y finanzas

Sarkozy: integrar el costo medioambiental en la fiscalidad sin aumentarla

París, 25 oct (EFECOM).- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, lanzó hoy una "revolución" ecológica que prevé una amplia reforma de la fiscalidad para integrar el impacto medioambiental, pero sin aumentarla en términos globales y con barreras para evitar una pérdida de competitividad exterior.

Al trazar en un discurso su política medioambiental, el jefe de Estado desgranó una batería de medidas que afectan al transporte, el hábitat, la energía, la agricultura, la fiscalidad o el comercio.

"Nuestro modelo de crecimiento está condenado" y "la paz en el mundo está condenada si no hacemos nada" contra el cambio climático y otros retos medioambientales, afirmó.

La medida más novedosa de lo que Sarkozy presentó como una "revolución en nuestra forma de pensar, en nuestra forma de decidir", es la creación de una tasa "clima energía" sobre el uso de combustibles fósiles pendiente de concretar, que debería compensarse con una reducción de las cargas sobre el trabajo.

Paralelamente, pidió la creación de un tipo de IVA reducido para "todos los productos ecológicos que respeten el clima y la biodiversidad", algo que necesitará el acuerdo de los otros países de la Unión Europea, y todo ello dentro del principio de "tasar más la contaminación, en particular las energías fósiles, y menos el trabajo" para "preservar el poder adquisitivo y la competitividad".

Otra iniciativa que concierne directamente a la UE, a la que pidió un debate en los próximos seis meses, es "la posibilidad de tasar los productos importados de los países que no respetan el Protocolo de Kioto".

"No es normal que un producto que atraviesa todo el mundo cueste menos que un producto local porque el precio de su transporte y de su producción no integra sus emisiones de gas de efecto invernadero", afirmó.

Ante el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el flamante Premio Nobel de la Paz, el ex vicepresidente estadounidense Al Gore, Sarkozy presentó éstas y otras propuestas en un discurso solemne en el Elíseo, que culmina un proceso de concertación de cuatro meses para definir las políticas ecológicas.

Este proceso, bautizado "Grenelle del Medio Ambiente", en el que han participado además del Gobierno ONG ecologistas, sindicatos, patronal, asociaciones agrarias y cargos electos locales, ha servido para lograr consensos y poner en evidencia los puntos de fricción.

Sarkozy asumió los primeros y fijó líneas de acción para los segundos, el más significativo los transgénicos, con una simbólica suspensión de su cultivo a la espera de un informe de expertos.

Consciente de que esa suspensión podría considerarse una infracción de las normas comunitarias, avanzó que la Comisión Europea estará asociada a ese informe y se comprometió a trasponer la directiva europea sobre los OGM en primavera con una ley que fijará las reglas y responsabilidades en el cultivo de esas plantas.

En política de transportes, Sarkozy confirmó que se impondrá una tasa a los camiones que circulen por la red vial del país porque "no hay ninguna razón para que Francia reciba a todos los camiones que evitan las carreteras de nuestros vecinos", y cuya recaudación se dedicará a financiar el transporte público.

Anunció un cambio en las prioridades en infraestructuras, que pasan por una vuelta del Estado a las inversiones en transportes urbanos, el tren (2.000 kilómetros suplementarios de líneas de alta velocidad de aquí a 2020) y el barco en detrimento de nuevas carreteras y autopistas.

En política energética, tras subrayar que no se puede renunciar a la nuclear, señaló que su peso relativo tendrá que disminuir, igual que el de la generada con combustibles fósiles, en beneficio de las renovables, para las que fijó un objetivo más ambicioso que el 20% que se ha impuesto la UE para el horizonte de 2020.

"Quiero hacer de Francia el líder de las energías renovables", señaló antes de indicar que para lograrlo el Estado dedicará más de 1.000 millones de euros a la investigación en energías, motores del futuro, biodiversidad y salud medioambiental.

Uno de los puntos más consensuales en el proceso de concertación fue el lanzamiento de un programa de "inversión masiva" para reducir el consumo energético de los edificios, con la obligación de que todas las nuevas construcciones respondan a la norma de "bajo consumo" de aquí a 2012 y de que tengan un balance energético positivo (que produzcan más que consuman) para 2020.

Sarkozy no quiso romper la cuerda con la principal asociación de agricultores, y aunque hizo suyo el objetivo de reducir en un 50% el uso de pesticidas (Francia es el principal consumidor en Europa), precisó que eso se hará en un plazo de diez años "si es posible". EFECOM

ac/al/jma

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky