Madrid, 24 oct (EFECOM).- El presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, ha dicho hoy que no cree que el empresario Villar Mir esté presionando al Gobierno con las obras del AVE en Cataluña a cambio de que le sea satisfecha la indemnización de la mina de "Serrabal", por donde pasa parte del trazado de ferrocarril, y que calificó de "dolor de muelas".
El presidente de la Xunta hizo esta afirmación durante un almuerzo-coloquio en Madrid, organizado por el foro Nueva Economía.
"En ningún caso, no puedo ni quiero creer" que exista un comportamiento empresarial de este tipo para "lograr una contrapartida", y dijo confiar en la "madurez empresarial", si bien recordó que la ministra de Fomento ha abierto una indagación sobre este asunto.
Sobre la mina de cuarzo "Serrabal", que insistió es "un dolor de muelas" que espera cure pronto, recordó que el trazado que pasa por la explotación fue diseñado por el anterior Gobierno del PP. El empresario Villar Mir, dijo, mantiene un "litigo permanente y abierto, que está dañando el interés general".
El propietario de la mina pedía inicialmente 900 millones de euros de indemnización y ahora lo ha rebajado a 250, pero el Ministerio, recordó Touriño, considera que el valor es de cinco.
En su intervención, el jefe del Ejecutivo gallego insistió en que los trabajadores de 'Serrabal' "no deben tener ningún temor", porque Villar Mir "con una mano pide millones" y con la otra la ampliación de la concesión por treinta años e insistió en que la afección del trazado del AVE por la explotación, es mínimo, del cinco por ciento.
Respecto a la polémica del AVE de Cataluña, el jefe de Ejecutivo gallego insistió en que le consta que el Gobierno da prioridad a la calidad y la seguridad sobre la fecha de apertura de la obra, si bien indicó que es positivo que los políticos se comprometan en una fecha.
Por otra parte, el presidente de la Xunta anunció que esta tarde mantendrá una reunión con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, para plantearle, junto a la conselleira de Política Territorial, María José Caride, la ampliación de la AP-9. EFECOM
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