José Álvarez Díaz
Shangyu (China), 24 oct (EFECOM).- Entre las decenas de foros empresariales, ferias y encuentros de negocios entre firmas locales y extranjeras que se celebran en China a diario, las hay de todo tipo de calidades y resultados, y un grupo de empresas españolas y europeas aprendió la lección esta semana en el este del país.
El "Encuentro de Negocios Europa-China de Shangyu 2007", organizado con gran pompa en la ciudad del mismo nombre, en la provincia oriental de Zhejiang, prometía ser una ocasión ideal para entablar contactos con firmas de una de las zonas más prósperas y emprendedoras del país.
Ubicada al sur de la bahía de Hangzhou, Shangyu se encuentra en un área que verá aumentado su valor estratégico en 2008, cuando se inaugure el puente más largo jamás construido sobre el mar (de 36 kilómetros y seis carriles), entre Jiading (Shanghai) y Cixi (Zhejiang), y su distancia de Shanghai pase de tres horas a una.
El gobierno local de Shangyu contrató a la asociación Mecec (Macro-Club de Empresarios de Europa y China, en inglés, que asegura representar a 5.000 firmas, 1.000 de ellas europeas) para organizar el evento, que resultó ser una farsa para los participantes de los 11 países europeos que acudieron.
Muy al estilo chino, Shangyu volcó un derroche de recursos en este foro, donde no faltaron fuegos artificiales, grandes alfombras rojas, enormes banderas de la Unión Europea, de China y de los 11 países, entre ellos España, eslóganes como "cooperación para el desarrollo mutuo" y una multitudinaria cobertura de la prensa local.
Lo único que se echó en falta fue seriedad en la organización china, de manera que los empresarios españoles que viajaron 18.000 kilómetros para participar en el encuentro, entre ellos pymes que llegaron a invertir hasta 5.000 euros en el evento, no pudieron contactar con empresas de su sector, sino de otros muy dispares.
Hubo casi un centenar de empresas europeas, cinco de ellas españolas, de Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha, con entrevistas concertadas con unas 300 firmas locales, según la organización.
Mientras las pymes tecnológicas holandesas recibían la surrealista visita de fabricantes de paraguas, a algunas españolas llegaron a presentársele firmas de canalizaciones de agua y jardinería, que nada tenían que ver con sus sectores.
"Lo han hecho pensando más en su propia promoción que en el interés de las empresas europeas", explicó a Efe Susana Fernández, delegada de la Cámara de Comercio de Madrid en Shanghai, que vino arropando a dos firmas madrileñas.
Al comprobar, semanas atrás, que las agendas de entrevistas no coincidían con los perfiles esperados, tuvo que insistir en que su contenido se ajustara a las necesidades de las empresas españolas.
Al final tuvieron que completar las entrevistas proporcionadas por el foro con otras extraoficiales, con firmas de otras ciudades de Zhejiang, conseguidas por la propia Cámara a costa de "un gran esfuerzo adicional", dijo Fernández, "pero nosotros nos debemos a nuestras empresas, eso lo tenemos muy claro".
Las cámaras de comercio de varios países europeos, que llevan hasta siete años colaborando con Mecec, se vieron igual de sorprendidos, según aseguraron a Fernández.
Otra cámara europea reveló a Efe que el acuerdo que firmó hoy con Shangyu es un gesto superficial de cortesía con las autoridades locales, de cara a su particular circo mediático.
"En un principio aseguraron que iban a venir empresas de todo Zhejiang", añadió Fernández, lo que interesó a los empresarios madrileños, que sí acabaron consiguiendo contactos de interés gracias al trabajo de mediación de su Cámara.
Averiguaron a tiempo que sólo acudían firmas de la propia ciudad de Shangyu, que busca promocionarse y atraer la inversión extranjera, y que, incluso si se proponían entrevistas con empresas de otras ciudades vecinas, eran rechazadas, salvo que las propias compañías chinas vecinas pagasen una cantidad extra.
Cuando Efe expuso el asunto a Lu Dong, director ejecutivo de Mecec y organizador del evento, él se excusó diciendo que "normalmente hay un 30 por ciento de los participantes que no están satisfechos", y que es "imposible" contentar a todos.
Marcos Briseño, director general para China de la firma de certificaciones Applus, concluyó que, tras "año y medio visitando ferias chinas, creo que las únicas que funcionan siempre son las de Shanghai, porque tienen calidad, son de organización europea y saben trabajar con firmas extranjeras". EFECOM (con fotografía)
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