SAN FERNANDO, Filipinas (Reuters) - Casi dos docenas de filipinos fueron crucificados el Viernes Santo para recrear la pasión de Jesucristo, en lo que ven como una presentación extrema de devoción, pero que la Iglesia Católica critica como una distorsión del mensaje de Pascua.
El ritual anual atrae a miles de espectadores hasta San Fernando, a unos 80 kilómetros al norte de Manila, para ver a los penitentes autoflagelarse y una serie de crucifixiones en los pueblos del área, lo que culmina con una recreación de la muerte de Jesús.
"Espero que este año el señor me otorgue mi deseo de ganar en grande en el 'jueteng' este año", dijo Alex Laranang, un vendedor de alimentos analfabeto de 55 años, a Reuters antes de que dos clavos de 12,7 centímetros le fueran clavados en sus manos en un día caluroso.
El 'jueteng' es una reconocida lotería ilegal de Filipinas.
Laranang, padre de cinco hijos, dijo que había ganado en dos ocasiones 3.000 pesos (unos 48 dólares) en los cinco años que ha sido crucificado.
"La primera vez que fui crucificado estaba aterrorizado, pero le recé a Jesús para que se llevara el dolor. Ahora, no siento nada, es como recibir una inyección", señaló.
Roli Pantoja, un trabajador de la construcción, dijo que se sentía mucho mejor tras ser descendido de una cruz de madera. Esta era su sexta crucifixión.
"Me siento muy fresco, como un bebé recién nacido. No siento ningún dolor", señaló.
La Iglesia rechaza fuertemente esta práctica, que tomó fuerza en la provincia de Pampanga, en el norte del país, hace unos 60 años en la forma de un voto religioso para filipinos que buscan el perdón, la cura de enfermedades o incluso que se les cumplan deseos.
"Sólo hay una crucifixión que salvó a la humanidad", dijo Angel Lagdameo, ex jefe de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas y arzobispo de la ciudad central de Jaro.