Madrid, 23 oct (EFECOM).- El testigo Pedro Vicente, hermano del jefe de mantenimiento de Gescartera, Miguel Angel Vicente, no supo explicar de qué manera, desde 1989 a 1999, multiplicaron por veinte su inversión familiar hasta llegar a tener 400 millones de pesetas (2,40 millones de euros).
El fiscal ha pedido ocho años de prisión para Miguel Angel Vicente por apropiación indebida, ya que se encargaba del sistema informático, considerado "pieza fundamental" para el engaño a los inversores "mediante atribuciones que realmente no estaban en el patrimonio de los clientes" y que, en parte, pudieron haber ido a los hermanos Pedro y Francisco Javier Vicente por más de 193 millones de pesetas (1,16 millones de euros).
En su declaración como testigo, Pedro Vicente señaló que sus padres les dejaron 20 millones de pesetas (120.000 euros) que invirtieron en Gaesco, donde trabajaba Antonio Camacho desde 1989 a 1991; posteriormente, esta cantidad se convierte en 90 millones de pesetas (595.000 euros) gestionados por BC Consulting, empresa ligada al principal imputado en Gescartera.
Según el relato del testigo, tras recibir rentabilidades superiores al 20 por ciento, estos 90 millones se transformaron, a partir de las inversiones de Gescartera, en 400 millones de pesetas en el año 1999 (2,40 millones de euros), multiplicando por veinte su aportación inicial de hace diez años.
Sin embargo, Vicente no pudo explicar si su inversión era en renta fija o renta variable porque se "fiaban totalmente de (Antonio) Camacho", a preguntas del fiscal, quien mantiene que estos 400 millones de pesetas puede ser una "ficción" pues no constan aportaciones significativas suficientes de la familia para obtener esta cantidad.
"La inversión existía, eso es innegable e indiscutible", insistió Pedro Vicente, mientras el fiscal reveló datos del informe pericial sobre una presunta salida de cheques hacia los hermanos por 185 millones de euros por una aportación de tan sólo 8,5 millones de euros.
Sin embargo, a juicio de Pedro Vicente, "todo venía de la cantidad que los padres habían ahorrado; una vez que alcanza un volumen, no tenía sentido hacer aportaciones, porque ese dinero estaba ahí disponible, iba a ser para la vejez de mis padres y no tenía sentido hacer aportaciones".
Tampoco los hermanos Vicente declararon estas plusvalías a Hacienda ni ha reclamado la indemnización correspondiente al Fondo de Garantía de Inversiones (Fogain), pese a que este organismo ofreció recuperar a cada cliente 20.000 euros de su inversión, por la situación personal que vivieron su madre, tras la separación de su padre.
"La cuantía era más que sustancial y esa cantidad la perdimos" con la intervención de Gescartera en 2001, concluyó Pedro Vicente. EFECOM
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