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El presidente de Nigeria, cerca de la reelección

ABUYA (Reuters) - El presidente Goodluck Jonathan consiguió lo que parecía ser una ventaja insuperable el domingo mientras los votos eran escrutados en todo el país, pese a un buen resultado de su rival Muhammadu Buhari en sus bastiones de mayoría musulmana.

Buhari, un ex gobernante militar del árido norte, esperaba forzar al menos una segunda ronda contra Jonathan, el primer jefe de Estado de la petrolera región del Delta del Níger.

Pero eso parecía improbable según un recuento de resultados realizado por Reuters en el país más poblado de África, que mostraban que Jonathan tenía más de 20 millones de votos frente a los 10 millones de Buhari. Otros candidatos quedaron mucho más atrás.

Los observadores calificaron las elecciones como las más justas celebradas en décadas en Nigeria, donde el fraude electoral solía ser la norma. Sin embargo, había sospechas de irregularidades en algunos distritos, y eso podría inflamar los ánimos tras el recuento.

Los seguidores de Jonathan dijeron que no habría una reivindicación de la victoria hasta que los resultados no fueran anunciados por la Comisión Electoral Nacional Independiente, pero se mostraron claramente optimistas.

"No es el momento para el triunfalismo. Es el momento de una profunda reflexión, para reforzar el vínculo de nuestra unión y para que trabajemos juntos", dijo Oronto Douglas, importante asesor de Jonathan, a Reuters.

Al presidente le fue especialmente bien en el sur de mayoría cristiana, mientras que Buhari arrasó en muchos estados del norte del país de 150 millones de personas.

Para evitar una segunda vuelta, el ganador debe lograr una mayoría simple y al menos una cuarta parte de los votos en 24 de los 36 estados. Jonathan ya tenía ese margen en suficientes estados.

Una victoria directa de Jonathan podría tranquilizar los temores a potenciales interrupciones de exportaciones de crudo del mayor productor de África y hacer subir a los mercados financieros locales, que están a la espera del fin de una serie de elecciones.

Pero la votación dejó claro el desafío de polarización étnica y religiosa al que se enfrenta el ganador junto a la necesidad de realizar reformas en la tercera mayor economía africana, limitada por las escasas infraestructuras, una mala administración y la corrupción.

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