Por Pete Harrison y Sylvia Westall
BRUSELAS/VIENA (Reuters) - La crisis nuclear de Japón acelerará la eliminación de la energía nuclear en algunos países europeos y hará que muchos proyectos previstos sean considerados demasiado arriesgados, lo que incrementará la dependencia del gas en el continente.
La profundidad del cambio, sin embargo, depende aún de la rapidez con la que Japón consiga estabilizar la planta dañada de Fukushima.
Para una región con pocos casos de terremotos, tsunamis o incluso grandes apagones energéticos, la reacción de Europa a una crisis que ha ocurrido en el otro lado del mundo ha sido sorprendente.
El supuesto renacimiento de la energía nuclear en Europa se limitaba a unas cuantas plantas sin terminar en Francia y Finlandia y muchos sueños sin concretar. Esos sueños ahora parecen muertos.
La canciller alemana, Angela Merkel, suspendió rápidamente las operaciones en siete reactores viejos tras el desastre de Japón, y el tema nuclear se ha convertido en protagonista de la escena política en un país donde el sentimiento antinuclear ha sido alto desde el desastre de Chernóbil en 1986.
El canciller austriaco, Werner Faymann, ha prometido presionar para lograr una reducción progresiva en toda Europa y promete una "difícil confrontación".
Italia y Polonia se muestran vacilantes ante los planes para un futuro nuclear.
En Bruselas, los burócratas de la UE ven la posibilidad de hacerse con el control de un área que durante mucho tiempo les ha sido esquiva.
"La Comisión Europea está intentando identificar dónde puede ser más activa, y lo nuclear es definitivamente uno de esos temas transfronterizos, la Comisión está probando hasta dónde puede llegar", dijo Christian Egenhofer, del Centro para Estudios de Política Europea (CEPS, por sus siglas en inglés), un organismo independiente.
"Eso le vendría bien a Merkel, si la Comisión hace el trabajo y ella puede tener las manos limpias", añadió.
PRUEBAS DE RESISTENCIA
La semana pasada, los líderes de la Unión Europea acordaron que los 143 reactores que hay en el continente se sometan a una serie de "pruebas de resistencia", y los detalles los tendrá preparados en las próximas semanas el comisario de Energía, Günther Oettinger, que es miembro del partido de Merkel.
Las pruebas probablemente se centrarán en la resistencia a inundaciones y terremotos o a una pérdida de poder prolongada, los procedimientos de gestión de accidentes y el almacenamiento del combustible gastado, dicen los analistas.
Aunque las pruebas probablemente no tengan fuerza legal, la presión pública probablemente fuerce a una modernización en las plantas que no estén preparadas, con un alto coste. Los gobiernos de España, Francia y Alemania ya han dicho que el cierre puede ser una opción.
"El coste de la energía nuclear podría incrementarse en torno a un 10 por ciento", dijo Colette Lewiner, de la firma francesa de consultoría Capgemini.
¿Y qué hay del coste de los nuevos proyectos nucleares?
Francia está impulsando los estándares de seguridad más altos posibles, con la esperanza de que el caro reactor de nueva generación EPR (Reactor Presurizado Europeo) sea el único que pase los controles en el futuro.
Sin embargo, los analistas estiman que el coste y los calendarios para la construcción nuevas plantas nucleares en Francia y Finlandia había demostrado ser demasiado optimista. El proyecto finlandés lkiluoto 3 va con cuatro años de retraso por problemas de presupuesto.
Unos costes mayores para mejorar la seguridad podría inclinar la balanza económica contra nuevos proyectos nucleares en un momento de alto riesgo político.
"No veo que las nuevas nucleares estén siendo competitivas en un mercado energético liberalizado. Lleva de 15 a 20 años obtener beneficio de una planta nuclear, no veo que nadie haga esto sin un importante apoyo gubernamental", dijo Egenhofer, de CEPS.
La Agencia Internacional de la Energía, sin embargo, ha pedido paciencia para juzgar los riesgos de la energía nuclear y dice que es necesario recortar las emisiones de dióxido de carbono.
LLENAR EL HUECO
Eurelectric, que representa a la industria de la electricidad, dice que cualquier problema para cubrir la demanda será regional.
"Si fueran a cerrarse todas las plantas nucleares de más de 30 años, los Veintisiete perderían un 14 por ciento de su capacidad de generación de energía nuclear, aproximadamente 19.000 MW", dijo la analista de Eurelectric Susanne Nies.
"Algunas regiones afrontarán problemas, especialmente en casos de incidentes y dificultades relacionadas con reiniciar el sistema", añadió. Eso significa que serán necesarias nuevas plantas.
La energía renovable afronta varios obstáculos para llenar el vacío, siendo el más importante la necesidad de una red continental que permita a los países transferir corriente en energía renovable a nivel transfronterizo.
La generación de carbón no es una opción sencilla tampoco, porque afronta unas normas más estrictas de la UE para de la UE para mejorar la calidad del aire.
"No pensamos que las plantas de carbón convencionales sean una opción viable más", dijeron analistas de Deutsche Bank en un informe la semana pasada.
Eso deja el gas. "Concluimos que las importaciones (de gas) se incrementarán al 71 por ciento del total del suministro de la UE-15 para 2015, frente al 66 por ciento en 2010", añadieron.
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