SILVER SPRING (Reuters) - Los colorantes empleados para mejorar el aspecto de cereales, aperitivos y bebidas fomentan que algunos niños se vuelvan hiperactivos, y deberían prohibirse, o al menos llevar una advertencia, aseguraron el miércoles algunos críticos a asesores gubernamentales.
Los colorantes artificiales de alimentos de tonos azul, verde, naranja, rojo y amarillo aparecen en productos que van desde el Gatorade de Pepsi, Cheetos y Doritos, a los cereales Eggo de Kellogg y los postres Jell-O (gelatina) de Kraft.
La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha considerado seguros estos colorantes durante mucho tiempo, pero está revisando recientes estudios sobre los efectos de los mismos en el comportamiento de los niños, a petición de un grupo de consumidores.
La recopilación de información de un comité externo es parte de esa revisión. Se esperan las recomendaciones del comité para el jueves.
Expertos de la FDA aseguraron en un informe preliminar que la investigación científica sugería, hasta ahora, que algunos niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) podían verse afectados por los colorantes de los alimentos. El trastorno afecta al 5 por ciento de los niños estadounidenses, según las estadísticas gubernamentales.
"¿Por qué aceptar cualquier alteración del comportamiento infantil, sea la que sea? La hiperactividad no consiste sólo en correr dando vueltas. Afecta su capacidad para tener amigos, para estudiar, para tener una familia feliz. ¿Por qué aceptar eso?", se lamentó Michael Jacobson, jefe del Center for Science in the Public Interest, que lidera la oposición a los colorantes.
El comité de expertos externos podría instar a una prohibición, o advertencia, o podría sugerir más estudios, si los asesores juzgan inadecuada la evidencia actual. La propia revisión ha sumado peso a un debate de los consumidores de décadas de duración sobre si los padres deben dejar que sus hijos coman alimentos coloreados de forma artificial.
En una entrevista previa a la reunión del comité, Jacobson aseguró no ser optimista en relación a que la FDA prohibiera los colorantes. Dijo que sería más fácil para la agencia ordenar una advertencia.
Una prohibición o advertencia podría impactar en las grandes fabricantes de alimentos, y también en Sensient Technologies, una compañía que fabrica siete de los ocho colorantes que el grupo de consumidores quiere prohibir.
El miércoles, algunos expertos de comité de la FDA cuestionaron las pruebas citadas por quienes están en contra de los colorantes. El doctor Charles Voorhees destacó que la mayor parte de las pruebas se realizaron con una combinación de colorantes, más que con cada color en particular.
"¿No les parece que no tenemos suficiente información sobre los colorantes individuales?", preguntó Voorhees, profesor de pediatría y salud ambiental de la Universidad de Cincinnati.
Jacobson admitió defectos en los datos, pero aseguró que seguía habiendo suficientes pruebas como para mostrar que los colorantes eran perjudiciales. Reconoció que no quedaba claro el porcentaje de niños afectados, pero sostuvo que la incertidumbre no debería detener la acción del Gobierno.