PARÍS (Reuters) - El tiempo de los lujosos relojes vistosos y grandes que te dicen la hora se ha acabado.
El nuevo símbolo de estatus para banqueros y oligarcas rusos es un reloj sobrio, ultraligero hecho de fibra de carbono, magnesio o aluminio, dijeron ejecutivos en la feria anual del reloj en Basilea.
El verdadero lujo ahora es poder parar el tiempo. Esta semana Perramond presentó el modelo "tiempo suspendido", desde 18.000 francos suizos (unos 14.000 euros), que para el tiempo al presionar un botón y lo recupera de nuevo.
Por 240.000 (aproximadamente 185.000 euros) se puede escoger un reloj Hublot, cuyo tiempo se puede ralentizar o acelerar y otro que es todo negro, en el que apenas se puede ver ninguna hora.
Ese lujo puede costar hasta 15.000 suizos francos (11.600 euros).
"El valor de un reloj no es darte la hora", dijo el consejero delegado de Hublot, Jean-Claude Biver, a Reuters.
"Cualquier reloj de cinco dólares puede hacer eso. Lo que nosotros ofrecemos es la capacidad, por ejemplo, de detener el tiempo o hacerlo desaparecer... El tiempo es una cárcel y a veces la gente quiere salir de ella".
Aquellos que siguen las nuevas tendencias incluyen un Hublot, una de las marcas de más rápido crecimiento, y su rival más joven Richard Mille, cuyos relojes con forma de barril, con precios desde 60.000 euros, están considerados entre los más caros.
"La tendencia ahora es ligereza y nuevos materiales", dijo Biver, añadiendo que Hublot compró la semana pasada una fábrica de fibra de carbono para garantizar los suministros y está invirtiendo en nuevos métodos de teñido de metales y diversos materiales.
En el mundo de los relojes de moda, los expertos dicen que el negro domina, seguido del gris y los colores mate. El minimalismo es el lema del estilo, en contraste con los días de antes de la crisis de 2007 y 2008, cuando los relojes grandes, deportivos y multifuncionales estaban en boga.
La industria relojera se ve empujada a desarrollar de nuevo los modelos clásicos, alentada por la demanda china.
"Los chinos prefieren los relojes clásicos, relojes con herencia", dijo Guy Semon, vicepresidente de ciencia e ingeniería de Tag Heuer, que el año pasado lanzó una nueva versión de su modelo clásico Carrera, promocionado por el actor Steve McQueen, a un precio inicial de 2.000 euros.
Fuera de China, los expertos dicen que los consumidores que sufrieron la crisis de 2009 también quieren comprar modelos clásicos que pueden dejar después a sus hijos.
Tales tendencias han beneficiado a marcas como Patek Philippe, Rolex, Vacheron Constantin y Hermes.
"Hermes está ampliamente considerada como una marca refugio que explica por qué hemos sido tan resistentes a la crisis", dijo Luc Perramond, consejero delegado de la división relojera de Hermes, a Reuters.
"Los clientes de lujo hoy en día ya no quieren artículos ostentosos. Quieren algo ligero, discreto, cómodo y elegante".
Si Hublot es popular en Europa y Estados Unidos, Omega es un superventas en China y Ulysse Nardin y Chopard son las marcas favoritas entre los rusos, dijeron ejecutivos de la industria.
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