Empresas y finanzas

Nace la cuarta caja: Unicaja absorberá Duero-España sin ayudas públicas

Unicaja y Duero-España reabrieron ayer la segunda ola de fusiones. A pocos días de que se cumpla el plazo marcado por el Banco de España para que las entidades con problemas presenten un plan de capitalización, la caja castellana anunció a la CNMV la existencia de conversaciones y de la firma de un preacuerdo genérico para un eventual proceso de integración con la andaluza.

Aunque las dos entidades advertían que no habían tomado ninguna decisión definitiva al respecto y que en todo caso serán los respectivos órganos de gobierno los que tendrán que dar el último visto bueno, se da por hecho un acuerdo que no solamente es positivo para las dos entidades sino que permite al Banco de España resolver los problemas de la caja castellana sin necesidad de tener que recurrir al fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

La unión de las dos cajas constituiría la cuarta entidad del país, con un volumen de activos superior a los 80.000 millones de activos. En realidad, la operación es de hecho una absorción porque Unicaja, que gana tamaño con la operación, tendrá un claro mayor peso en la nueva entidad.

El reparto

A falta de las negociaciones finales, la caja presidida por Braulio Medel se quedaría con una horquilla de entre el 60 y el 65% de representación en el banco que crearán las dos entidades pese a que España-Duero aportará 46.000 millones en activos, 11.000 más que su nuevo compañero de viaje.

El ejecutivo andaluz ocuparía además la presidencia de la entidad, que tendría su sede en Madrid, mientras que Evaristo del Canto -su homólogo en Duero-España-, sería vicepresidente ejecutivo y consejero delegado.

La elevada solvencia de Unicaja, con 2.450 millones de capital básico, permitirá tapar el agujero de 460 millones que tiene la entidad castellana en su capital principal sin que el grupo resultante tenga que salir a bolsa o buscar dinero entre inversores externos. El nuevo grupo nacerá con una solvencia superior al 10%.

La elevada morosidad de la caja castellana, que supera el 9%, y la toxicidad de un importante volumen de sus activos vinculados al ladrillo, ha pesado también en la nueva relación de fuerzas. Para la caja castellana, la unión acabaría con la amenaza de nacionalización que pendía sobre ella después de conocerse que estaba lejos del 10 por ciento de capitalización que exige el supervisor.

¿Cuáles son los planes?

Los planes iniciales pasan por dejar fuera los activos inmobiliarios y crear un banco malo. De estas manera, las necesidades de capital serán menores para la filial bancaria. Medel es uno de los defensores del proyecto impulsado por La Caixa y ha decidido implantar este modelo en el nuevo grupo que liderarará en los próximos meses.

Desde que se conocieron las nuevas exigencias de capitalización, las negociaciones del presidente de Duero-España, resultante a su vez de una fusión que ya obligó al Frob a desembolsar 525 millones de euros en ayudas, han sido especialmente intensas.

Las conversaciones se extendieron a prácticamente todas las cajas españolas, aunque fue Mare Nostrum, el banco del SIP liderado por Caja Murcia, el que pareció ganar la partida como novio oficial.

Sin embargo, el anuncio de la existencia de esas conversaciones intensificó el interés tanto de Unicaja como de Ibercaja por la caja castellana. De hecho, una operación a tres bandas con la entidad aragonesa, no totalmente descartada, ha suscitado el máximo interés del Banco de España.

Como adelantó elEconomista, la opción de Unicaja era la preferida por la Junta de Castilla y León. El Ejecutivo regional miraba con envidia el elevado ratio de solvencia de la caja andaluza y un modelo de gestión que había evitado durante los últimos años la fuerte exposición al ladrillo que tienen otras cajas, especialmente la castellana.

Además, la opción andaluza ofrecía una complementariedad casi total en número de oficinas, lo que evitaría tener que acudir de nuevo al cierre de oficinas que fue necesario para unir a Caja España y Caja Duero y que se saldó con 253 sucursales menos y cerca de 800 empleados prejubilados.

La existencia de un solo interlocutor en vez de los cuatro presidentes que se integran en el SIP de Caja Murcia aportaba además una mayor facilidad de gestión. La Junta no tenía además ningún recelo por la proximidad que Braulio Medel tiene con el PSOE, ya que lo urgente era buscar un socio solvente para la caja castellana. De cualquier manera, las buenas perspectivas electorales del PP en Andalucía en los próximos comicios autonómicos alejaba aún más cualquier tinte de politización en la postura de la Junta.

Primera víctima

Ayer el consejo de administración de Duero-España celebró un consejo extraordinario para conocer los términos de la fusión, que ya se ha cobrado su primera víctima. Durante la reunión, el director general de la entidad, Lucas Hernández, anunció su dimisión argumentando que había cumplido una etapa.

En algunos medios se especulaba con que detrás de la decisión estaba el desacuerdo del director general con la forma en que se han llevado las negociaciones. Independientemente de las razones formales, lo que es cierto es que Lucas Hernández, al que se prorrogó hace pocos meses su mandato por dos años más pese a que había alcanzado la edad de jubilación, quedaba descolocado en el organigrama de la nueva entidad.

El consejo, que se alargó durante tres horas, fue técnico e informativo. Votará a final de la semana su integración, previsiblemente.

Con la fusión de España-Duero, Castilla y León renuncia definitivamente a su sueño de integrar a sus seis cajas de ahorros. La Junta de Castilla y León comenzó hace más de dos años un polémico proceso para "fortalecer su músculo financiero", que pasaba por la unión de España, Duero, Burgos, Segovia, Caja Ávila y Círculo Católico. Todas, en distintos proyectos, han pasado a manos de otras entidades.

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