BRUSELAS (Reuters) - Alemania defendió su decisión de no apoyar los ataques aéreos occidentales contra el líder libio Muamar Gadafi, pero se unió a otros países europeos a la hora de reforzar las sanciones contra el Gobierno libio.
La semana pasada, Berlín rompió filas con Estados Unidos, Francia y Reino Unido en una votación en el Consejo de Seguridad de la ONU que aprobó la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia. Alemania se abstuvo, al igual que hicieron China, Rusia, India y Brasil.
Al llegar a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE celebrada el lunes en Bruselas, el ministro alemán Guido Westerwelle dijo que las críticas de la Liga Árabe a los ataques aéreos han justificado las reticencias alemanas de apoyar esta medida.
"Calculamos los riesgos. Si vemos que tres días después de empezar la intervención la Liga Árabe ya lo ha criticado, creo que tuvimos buenas razones", declaró Westerwelle a los periodistas. "Vemos que teníamos razones para nuestra preocupación".
Berlín había dejado claro desde el principio que no apoyaría una resolución de la ONU, argumentando que no creía que la zona de exclusión aérea o los ataques aéreos sirvieran para expulsar a Gadafi del poder o para proteger a civiles libios.
El domingo, el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, dijo estar preocupado por los bombardeos por producirse víctimas civiles, aunque el lunes afirmó que apoya la resolución del Consejo de Seguridad.
A pesar de la oposición a los ataques, Westerwelle subrayó que Alemania apoya la campaña de la UE de socavar el poder de Gadafi mediante sanciones económicas y financieras.
MAYORES SANCIONES
El lunes, la UE reforzó las sanciones contra Libia, añadiendo a 11 personas y a nueve organizaciones a su lista, aunque no se especificaron los objetivos. Gadafi y otras 25 personas de su entorno - entre ellas varios miembros de su familia - y la Autoridad Libia de Inversiones. Se espera que la semana que viene sea incluida la Compañía Nacional del Petróleo.
Westerwelle rechazó las sugerencias de que la postura de su país hubiese alineado a la potencia económica europea con Gadafi en lugar de con sus socios de la OTAN y la UE.
"Esto no significa que seamos neutrales, no significa que tengamos ninguna simpatía por el coronel Gadafi, sino que significa que vemos los riesgos".
Con Francia y Reino Unido encabezando la campaña militar, los ministros europeos de Exteriores trataron sobre cómo reforzar la asistencia humanitaria a los alrededor de 250.000 personas que han dejado sus hogares por tres meses de revueltas en Libia, Túnez y Egipto.
"Estamos estudiando qué más podemos hacer en términos de sanciones económicas, qué más podemos hacer en planificación. Lo más obvio es el apoyo humanitario", dijo antes del encuentro la jefa de política exterior de la UE, Catherine Ashton.
La UE ya ha destinado 30 millones de euros en ayuda humanitaria para las víctimas de las revueltas en el norte de Africa, refugiados en su mayoría. France ha propuesto también crear pasillos humanitarios para llevar la ayuda a Libia, sobre todo alrededor de Bengasi, el bastión rebelde en el este del país.
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