
La teleco alemana ha alcanzado un principio de acuerdo con AT&T para venderle su operadora de móviles estadounidense, T-Mobile USA. Sus acciones se disparan más del 13%.
La operación supera los 39.000 millones de dólares (27.500 millones de euros) y representa la mayor compraventa del sector de las telecomunicaciones de los últimos años, siempre muy lejos de los 129.000 millones de dólares que desembolsó el gigante MCI Worldcom por Sprint en octubre de 1999.
El gigante alemán ya había mostrado su interés por reducir buena parte de su deuda, que ronda los 42.270 millones de euros, a través de la desinversión en algunos de sus mercados periféricos.
Entre todos ellos, la pieza más preciada es T-Mobile USA, compañía de móviles que cambiará de manos a través del pago en efectivo de 25.000 millones de dólares (17.600 millones de euros) y el resto en títulos de AT&T.
Las ventajas
Entre otras ventajas, el grupo germano formará parte del accionariado y el consejo de AT&T, con el 8 por ciento de participación. De la misma forma, AT&T puede ampliar capital siempre y cuando su nuevo socio reciba al menos un cinco por ciento de participación accionarial.
En la actualidad, Deutsche Telekom mantiene una alianza comercial con Orange en el Reino Unido, donde T-Mobile UK y Orange forman parte de la misma compañía, liderando el mercado de móviles británico. Los buenos resultados de la joint-venture animaban a muchos analistas a aventurar una posible alianza a nivel mundial de ambas compañías, para así hacer frente a la pujanza de los dos gigantes del sector europeo: Telefónica y Vodafone.
A través de esta adquisición, AT&T gana músculo en su guerra comercial frente a Verizon, participada por Vodafone. Las fuertes exigencias inversoras del mercado estadounidense, donde el consumo de datos en movilidad se ha disparado en los últimos años (especialmente impulsado por el iPhone y ahora por el iPad), obligan a las compañías a elevar la velocidad y capacidad de sus redes.
Ante semejante panorama, los pequeños jugadores tienen las de perder en una industria cada vez más concentrada. Esos argumentos animaron a Rene Obermann, primer ejecutivo de Deutsche Telekom, a escuchar ofertas con las que abandonar el cuarto puesto que actualmente atesoraba en los EEUU y que resultaba insuficiente para la supervivencia. Tras este movimiento, los analistas estarán pendientes de las futuras reacciones que pudieran emprender Spring y Clearwire, en un segundo escalón tras AT&T y Verizon.
La operación está pendiente del visto bueno de las autoridades estadounidenses de competencia, aunque nada permite presagiar especiales problemas.