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Los rebeldes avanzan en el este de Libia; disparos en Trípoli

AL-UQAYLA, Libia (Reuters) - Los rebeldes libios avanzaban el viernes hacia una gran terminal petrolífera, jurando "victoria o muerte", mientras que en la capital se registraban disparos a medida que manifestantes de la oposición se agrupaban en el último bastión de Muamar Gadafi.

Los rebeldes asentados en el este del país dijeron a Reuters que sólo estaban abiertos a negociar el exilio o dimisión del líder libio, tras unos ataques contra civiles que han sido condenados por la comunidad internacional y desencadenado sanciones económicas y de armas, además de una investigación en el tribunal internacional de crímenes de guerra.

Abdulá al Mahdi, portavoz rebelde, dijo a la televisión Al Yazira que combatientes de la oposición atacarían la capital una vez las potencias occidentales aplicaran la zona de exclusión área para intentar romper el control de Gadafi sobre este productor norteafricano de petróleo.

Los países occidentales han pedido a Gadafi que se vaya y están estudiando varias opciones, entre ellas la imposición de una zona de exclusión aérea, pero recelan de cualquier implicación militar ofensiva para estabilizar al duodécimo mayor exportador de petróleo del mundo.

En Trípoli, una caravana de 14 vehículos utilitarios en los que viajaban fuerzas de seguridad pasaron a gran velocidad por un control, con dirección a una zona de la capital donde los manifestantes habían celebrado una protesta contra los 41 años en el poder de Gadafi.

"Lanzaron gases lacrimógenos. Escuché disparos. La gente se desbandaba", dijo un periodista de Reuters desde el distrito Tajura en el este de la capital.

En el este, los rebeldes avanzaban hacia la terminal petrolera de Ras Lanuf, 600 km al este de Trípoli, pidiendo ataques aéreos internacionales para establecer una zona de exclusión tras tres días de ataques de aviones gubernamentales.

"Victoria o muerte (...) No pararemos hasta que liberemos este país", dijo Mustafa Abdel Jalil, al frente del Consejo Nacional Libio, a los seguidores de un levantamiento de dos semanas que ha puesto en cuestión el control de Gadafi sobre este país norteafricano productor de petróleo.

Ahmed Jabreel, un colaborador de Abdel Jalil, dijo que si había alguna negociación "será sobre una sola cosa: sobre cómo Gadafi va a dejar el país o dimitir para que podamos salvar vidas. No hay nada más que negociar".

Voluntarios rebeldes que defienden su creciente control sobre una carretera costera clave dijeron que un ataque de un avión de combate del Gobierno libio casi cayó en una base militar tomada por la oposición que alberga un gran almacén de municiones en la ciudad de Ajdabiyah.

"Vamos a tomarlo todo, Ras Lanuf, Trípoli", dijo a Reuters Magdi Mohammed, un desertor del Ejército, manoseando la anilla de una granada, en el punto de control de la línea de frente de los rebeldes.

Los ataques aéreos no han conseguido evitar que los rebeldes utilicen una carretera costera clave para avanzar su línea de frente al oeste de Brega, una ciudad con una terminal petrolífera situada a 800 kilómetros al este de Trípoli. Dijeron que habían repelido a las tropas leales a Gadafi hasta Ras Lanuf, donde se alza otra gran terminal de crudo, a unos 600 kilómetros al este de la capital.

PREOCUPACIÓN INTERNACIONAL

En medio de la creciente preocupación internacional por la escasez de comida y suministros médicos en algunas zonas controladas por los rebeldes, se están acelerando los esfuerzos diplomáticos para poner fin a un conflicto que Occidente teme que pueda provocar un éxodo masivo de refugiados hacia Europa.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su preocupación por la situación, pero no mostró indicios de querer intervenir militarmente.

"Muamar Gadafi ha perdido la legitimidad para liderar el país y debe irse", dijo Obama, en la primera vez que instaba en público a Gadafi a abandonar Libia, aunque lo ha hecho en comunicados escritos de la Casa Blanca.

El levantamiento popular contra los 41 años de gobierno de Gadafi, el más sangriento hasta la fecha contra un mandatario en Oriente Próximo o el norte de África, ha dejado fuera del mercado casi el 50 por ciento de los 1,6 millones de barriles de petróleo al día que producía Libia, país miembro de la OPEP.

La revuelta está causando una crisis humanitaria, especialmente en la frontera tunecina, adonde han huido decenas de miles de trabajadores extranjeros. Sin embargo, un puente aéreo organizado por la comunidad internacional empezó a aliviar la marea humana procedente de Libia mientras se corría la voz entre los refugiados de que habría aviones para llevarles a casa.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, planteó un vago plan de paz para Libia, diciendo que había hablado con su amigo Gadafi y que éste había respaldado la propuesta de una comisión negociadora, y acusó a Occidente de estar interesado en el petróleo del país norteafricano.

Sin embargo, Saif al-Islam, un hijo de Gadafi, dijo el jueves que Libia no necesita ayuda exterior para resolver sus problemas.

Los rebeldes que mantienen el control de la ciudad portuaria de Zauiyah, 50 kilómetros al oeste de Trípoli, dijeron que habían lanzado contraataques contra las fuerzas de Gadafi agrupadas en la zona, y advirtieron de que se estaban quedando sin provisiones de medicinas y leche infantil.

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