Empresas y finanzas

La tesis del supuesto caso de espionaje en Renault pierde fuerza

RENAULT

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El número dos de Renault, Patrick Pelata, aseguró que el grupo automovilístico galo pudo ser víctima de una "manipulación" en el presunto caso de espionaje industrial chino que, de confirmarse esa hipótesis, se saldaría con el regreso a la empresa a los directivos despedidos para "reparar toda injusticia".

"Ciertas cosas nos hacen dudar. Dos hipótesis. Bien estamos frente a un caso de espionaje y un ejecutivo de la dirección de seguridad protege a su fuente contra viento y marea, bien Renault es víctima de una manipulación cuya naturaleza ignoramos pero que podría tratarse de una estafa", explica hoy Pelata en una entrevista publicada por Le Figaro.

El director general de la marca del Rombo adelanta que "si se despejan todas las dudas", volverían a aceptar en la empresa a los tres directivos despedidos el pasado enero ante las sospechas.

"Renault está muy atento para reparar cualquier injusticia", añadió Pelata, quien explicó que el grupo ha iniciado un proceso de "auditoría interna" sobre el funcionamiento de su sistema de seguridad y que está dispuesto a asumir sus responsabilidades.

Además, el "número dos" del fabricante reconoció que la empresa tardó demasiado en trasladar el caso a los servicios de inteligencia franceses, que sólo se ocupan de la investigación desde que ésta llegase a la prensa el pasado enero, siete meses después de que el grupo tuviera indicios sobre el asunto.

"Cometimos un error no implicando antes a la Central de Información Interior (DCRI)", confesó Pelata, que agregó que cuando Renault dispuso de los primeros elementos extraños que les llevaron a decantarse por la hipótesis del espionaje, en la empresa estaban "particularmente inquietos" por el centenar de patentes del programa del vehículo eléctrico que se encontraban "en curso de validación".

En enero saltó el escándalo

El pasado 4 de enero llegó a la prensa un caso de presunto espionaje en el seno del grupo que se saldó con el despido de tres directivos por su presunta participación en una red que utilizó una cuenta bancaria en Suiza y otra en Liechtenstein, con 500.000 euros y 130.000 euros, respectivamente, para obtener secretos industriales.

Renault presentó el pasado 13 de enero una denuncia ante la Justicia gala por "espionaje industrial, corrupción, abuso de confianza, robo y encubrimiento cometidos en banda organizada" tras las pistas que le llevaban a pensar que el origen del supuesto espionaje podía venir de China.

Este procedimiento por el presunto caso de espionaje relacionado con su proyecto de vehículos eléctricos tiene lugar, según la empresa, después de haber descubierto "hechos graves que han perjudicado a la compañía, en particular a sus activos estratégicos, tecnológicos e intelectuales".

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